El Mercurio.com - Blogs : Violencia en Colombia
Editorial
Miércoles 16 de septiembre de 2020
Violencia en Colombia
Un caso de abuso policial sirvió de detonante para la protesta, luego del receso impuesto por la pandemia.
La violencia volvió a irrumpir en Colombia la semana pasada, luego de la muerte de un abogado detenido por transgredir las medidas para el control de la pandemia. En Bogotá y otras ciudades, protestas masivas en contra del abuso policial terminaron en enfrentamientos con la fuerza pública que dejaron una decena de muertos y cientos de heridos, entre ellos 200 efectivos. Cuando aún no se calman los resabios de décadas de violencia guerrillera, los colombianos ven con desazón surgir una nueva ola de muertes y destrucción en las ciudades, así como masacres en zonas rurales.
El gobierno de Iván Duque denuncia el “vandalismo sistemático y coordinado” en las manifestaciones y acusa infiltración de elementos “anarquistas y terroristas” en las marchas. En cambio, la oposición adjudica la violencia a la represión y exige una reforma que le quite a la policía el carácter militarizado. La alcaldesa de Bogotá, una de las líderes de la oposición a Duque, sostiene que la policía debe ser un “organismo civil, que no tenga formación ni operación ni fuero militar, y que responda a la ciudadanía y a la justicia ordinaria”.
La actuación policial abusiva ha sido blanco frecuente de críticas, en un país que ha tratado de dejar en el pasado la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico. Los acuerdos de paz con los rebeldes de las FARC, en 2016, están en plena vigencia y han dado paso a que sus miembros se incorporen a la vida civil, incluida la participación de exlíderes guerrilleros en la actividad parlamentaria. Aun así, se critica a Duque que no avance suficientemente rápido en la implementación de ciertos aspectos de esos acuerdos, reivindicaciones que también estaban incluidas en las demandas que surgieron en el estallido social de noviembre del año pasado.
Las protestas no son una tradición en Colombia, y las de 2019 marcaron un hito por lo masivas y porque se dieron simultáneamente en varias ciudades y con cacerolazos, en lo que pareció un reflejo de lo ocurrido en Chile, Bolivia y Ecuador. De hecho, las demandas eran similares: salud, educación y menos desigualdad, a lo que se sumaba la protesta en contra de un proyecto de ley sobre pensiones que Duque desmintió que estuviera tramitando, y el referido tema de los acuerdos de paz con las FARC. Los diversos sectores, desde sindicatos y estudiantes a comunidades indígenas, reclamaban diversos derechos y en conjunto mantuvieron presión por varios días sobre el gobierno. La pandemia puso en suspenso las protestas, que ahora revivieron con el rechazo al abuso policial, en consonancia con los sucesos de Estados Unidos tras la muerte de George Floyd.
El Presidente Duque tiene una gran responsabilidad para calmar los ánimos. Pero también la tiene la oposición, especialmente los sectores que se beneficiaron del proceso de paz, los que deben mostrar que se atienen al espíritu y la letra de los acuerdos. En plena lucha contra el coronavirus —que tiene a Colombia en el sexto lugar de más contagios en el mundo, con 721 mil casos y 23 mil fallecidos—, corresponde a Duque buscar fórmulas para satisfacer las demandas sociales y económicas más acuciantes, pero sin renunciar a garantizar la seguridad y tranquilidad de todos los colombianos.