En cuatro años ha quedado en evidencia la gestión polarizante, hasta abusiva, de Trump, además de sucesivos escándalos. Y en estos días han surgido íntimas revelaciones de su antiguo consejero para la Seguridad Nacional John Bolton y de su sobrina, la psiquiatra Mary Trump. Para uno es un peligro para la república, por anteponer sus intereses electorales a los del país; la psiquiatra lo incluye en una familia disfuncional. También hay rumores sobre fragilidades en su salud, por falta de transparencia en los informes médicos y supuestas dificultades motoras. Los medios alientan estas denuncias y también las de fondo, derivadas de su manejo de la pandemia; su reacción, autoritaria, para imponer el orden público luego de los disturbios raciales, y por la tibieza en las reformas de los procedimientos de las policías. Finalmente, ha llamado la atención la significativa falta de convocatoria a un esperado acto masivo en Tulsa, Oklahoma.

A Trump nada de ello parece preocuparle: las encuestas son solo una fotografía momentánea y la política es dinámica, sostiene; a los medios los considera prejuiciados desde la anterior candidatura; los cuestionamientos a su conducta personal tampoco son novedades, y las revelaciones de su círculo íntimo las califica de falsas y originadas en el resentimiento. No se esperan cambios en los contenidos de su campaña. Seguirá descalificando por supuesta incompetencia, falta de energía y liderazgo a Joe Biden, atribuyendo incómodas confusiones del exvicepresidente a un deterioro mental, y reprochándole incapacidad para defender los intereses norteamericanos y debilidad para resistir la presión de la izquierda radical.

A la estrategia de Biden se la denomina “del subterráneo”: evita polemizar con Trump y su exposición mediática es limitada. Apunta así a no perder la ventaja en las encuestas y dejar espacios a las ácidas críticas que está recibiendo Trump. Determinante será a quien elija para la Vicepresidencia; ya ha dicho que será mujer. Tendrá que escoger entre una líder de minorías o una moderada. Lo primero le podría asegurar una mayor participación electoral de las minorías, renuentes a votar. Lo segundo le permitiría atraer a indecisos y a antiguos partidarios de Trump. Su decisión podría marcar su elección y su eventual mandato, que muchos predicen que, por su edad —78 años al asumir—, sería de un período.

Organismos internacionales en su peor momento

Los organismos internacionales han mostrado un rol poco destacado, hasta frustrante, ante la pandemia.

Naciones Unidas (NU) continúa trabada por diferencias entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El secretario general se ve limitado y su petición para que se suspendan los conflictos bélicos recibe poco eco. No obstante, en NU ha sido posible la elección de quienes dirigirán sus comisiones, resultando elegido para presidir la de asuntos jurídicos el representante permanente de Chile, Milenko Skoknic.

Especiales críticas merecería la Organización Mundial de la Salud. Se afirma que la relación de su máxima autoridad con China habría sido la causa de la demora del envío de una misión investigadora a Wuhan y de la comunicación mundial de la aparición del covid-19.

La mayor frustración proviene de la Organización Mundial de Comercio, incapaz de abordar las nuevas amenazas al intercambio. Mientras, la Organización de Estados Americanos no ha podido hacer mucho, aparte de llamados a la coordinación de los gobiernos para enfrentar el virus. Escasa ha sido la presencia de la Organización Panamericana de la Salud. Nada significativo ha trascendido de la Comunidad Andina, Mercosur y Prosur.

La Unión Europea, en tanto, atraviesa por lo que la Canciller Merkel calificó de la más grave crisis en su historia. Persisten serias diferencias acerca de las medidas de apoyo a los que más han sufrido por la pandemia, Italia, España y Portugal. Francia y Alemania impulsan un plan generoso de créditos blandos y de subsidios al que se oponen los gobiernos “frugales”: Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca. Tras varias reuniones infructuosas, los líderes nacionales volverán a juntarse el 17 de julio, para la aprobación del proyecto. Su rechazo pondría en peligro la subsistencia de la UE con 27 miembros.

El debilitamiento del multilateralismo, clave para Chile, resta un instrumento importante para la protección de los intereses nacionales.

Contienda en el BID

En septiembre se elegirá al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Alterando una práctica seguida desde su creación, en que Estados Unidos asumía la vicepresidencia, apoyando la presidencia de un latinoamericano, el gobierno de Trump anunció la candidatura del cubanoamericano Mauricio Claver-Carone, hoy jefe para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad, siendo hasta ahora inútiles las apelaciones a la tradición.

El elevado poder accionario de EE.UU. y el respaldo de Colombia, Perú y otros permiten suponer que Claver-Carone podría ser efectivamente elegido.