MAX CHÁVEZ Y JUDITH HERRERA

Es común pensar que la medida más importante para contener la pandemia de covid-19 es la cuarentena. Si bien es una de las estrategias que rinde mejores resultados para aplanar la curva de casos, a juicio de los expertos la clave para frenar la diseminación del virus es la trazabilidad, o sea, reconstruir cada contacto estrecho del enfermo en el último tiempo para encontrar a quienes pudieron haberse infectado, aislarlos y así evitar que sigan contagiando a otros.

Para ello, el Ministerio de Salud cuenta con un equipo que fiscaliza en terreno y otro que contacta a los afectados llamándolos por teléfono. Hasta la semana pasada, sin embargo, el segundo grupo estaba formado por cerca de 80 personas, lo que hacía imposible trazar los más de cuatro mil nuevos casos que se estaban confirmando a diario y a sus contactos. Tal escenario empeoró ayer, pues el Minsal reportó nuevos récords de infectados (5.471) y de fallecidos (59) en el país.

Cristóbal Cuadrado, secretario técnico del Colegio Médico, asegura que la trazabilidad de los casos “es lo más importante de todo. Si no se logra que las personas que son casos o contactos se estén quedando en las casas, se está condenado al fracaso”.

Así también lo entendió Salud, que el viernes contrató a 800 personas para reforzar los equipos de trazabilidad. Estos “rastreadores” del virus fueron capacitados durante el fin de semana y ya están trabajando. No obstante, aunque la capacidad aumentó diez veces, seguirá siendo insuficiente.

Según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, esto “siempre ha sido una cosa estratégica fundamental y ha funcionado muy bien en las otras regiones que han tenido cuarentena. El problema de la Región Metropolitana es que el nivel de personas de las que estamos hablando es de otra dimensión. Si hay 20 mil personas activas que seguir, y estas personas en promedio tienen contacto estrecho con 10 personas, estamos hablando de dar seguimiento a 200 mil casos, y nuestro alcance en la realidad alcanzaba al 30%. Y ahora estamos llegando al 60%”.

Para Cuadrado es “preocupante” que falte capacidad para dar con el otro 40% de las personas que deberían ser contactadas. Si se compara con lo que hacen países como Estados Unidos o Nueva Zelandia, añade, “nosotros en Chile necesitaríamos alrededor de tres mil personas para trazabilidad de contactos”.

Critican demora

Si bien reforzar el equipo de trazabilidad le parece una buena medida, el director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Héctor Sánchez, cree que “se ha demorado mucho y no lo entiendo. Es una contratación que debería haber sido hecha hace muchos días”.

Juan Carlos Said, máster en Salud Pública, piensa que “es una excelente iniciativa sumar más trazadores, aunque puede que se queden cortos y se necesite aumentar la cantidad de personas”. Explica, además, que “es importante que se pongan metas para encontrar a los contactos en un tiempo prudente, como se hizo en Nueva Zelandia, que se puso como meta ubicar al 80% de los contactos de los pacientes enfermos dentro de los primeros dos días en el que fue diagnosticado, y eso permitió el éxito en controlar la pandemia”.

El ministro Mañalich asegura que se contratará a “toda la gente que sea necesaria. La cuarentena no puede terminar sin tener este dispositivo al 100%. Son muchos casos en Santiago y el esfuerzo del confinamiento produce tanto sufrimiento que debemos hacer todo el trabajo y no volver atrás”.

El miedo a consultar

Si bien el distanciamiento físico es una de las principales recomendaciones para evitar el contagio de covid-19, el miedo de acudir a los recintos de salud, según los expertos, estaría teniendo efectos adversos en el combate de la enfermedad. Ayer se conoció el caso de un hombre de 49 años que padecía de coronavirus y que murió en una calle de Lo Espejo, Región Metropolitana, mientras intentaba trasladarse a un recinto asistencial.

Según Alberto Dougnac, decano de la Facultad de Medicina de la U. Finis Terrae, “se está viendo que la gente con covid-19 consulta tarde, cuando los síntomas del virus son muy graves, lo que hace que sea más difícil tratarlos de manera adecuada”.

Manuel José Irarrázaval, director de Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián, advierte que “es muy preocupante lo que sucede, ya que un paciente consulte tarde significa que tenemos menos posibilidades de que se recupere, y esto puede aumentar la letalidad del virus en el tiempo”.