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Sábado 23 de mayo de 2020
Asesinato de Venustiano Carranza
24 de mayo de 1920
Un halo de misterio y traición rodeó la muerte del Presidente de México, quien había llegado al mando en 1917 y proclamado una nueva Constitución que buscaba terminar con la lucha revolucionaria. La pugna por el poder y la violencia política provocaron la caída de su régimen, casi al final de su gobierno. La crisis se gatilló al momento de elegir al candidato oficialista para las elecciones de fines de 1920. Se esperaba que Carranza proclamara a un líder militar, como el general Álvaro Obregón, pero se inclinó por un civil.
En ese contexto, surgió el Plan de Agua Prieta, en el que Obregón y otros líderes militares se sublevaron, desconociendo la autoridad del Ejecutivo. Esta rebelión desencadenó otras revueltas por todo el país. Tanto así, que el Presidente y sus tropas leales huyeron a Veracruz cruzando el estado de Puebla. Pero no lo lograron.
Tras varios días de noticias contradictorias, el 24 de mayo de 1920, “El Mercurio” consignaba que Carranza “encontró la muerte en Tlaxcalantongo, en manos de un grupo de hombres dirigidos por el general Rodolfo Herrero, quien a las cuatro de la madrugada rodeó la cabaña donde él dormía, haciendo contra ella un furioso fuego de rifle”.
Se añadía que había sido un vil acto de traición, pues Herrero previamente hizo demostraciones de gran lealtad al Presidente.
“El misterio que rodea su asesinato en una aldea montañosa va aumentando a medida que se conocen nuevos incidentes. Es significativo que él sea la única víctima (…). Los líderes liberales constitucionalistas están consternados con la tragedia y sus posibles consecuencias. El hecho ha sido calificado como un acto de salvajismo”, consignaban los cables.
En el diario se leía que el homicidio ensombrecía la atmósfera del país: “La reacción natural del sentimiento popular con motivo de la trágica muerte ha echado al olvido, momentáneamente, las críticas a las políticas de Carranza que produjeron la caída de su administración”.
El cadáver del mandatario fue llevado a Ciudad de México y sepultado en el Panteón de Dolores. Una gran cantidad de personas asistieron a su sencillo entierro, ya que, según sus propios deseos, él quería una “tumba de tercera clase”.
Por otro lado, Adolfo de la Huerta fue elegido para gobernar el país de manera provisional. Tras las elecciones, el general Obregón asumió el cargo de Presidente de la República, el 1 de diciembre de 1920.