Es el 9 de noviembre de 1989. En Berlín, cae el Muro. En el norte de España se verifica una feroz tormenta eléctrica que durará 72 horas. Mientras la tormenta arrecia, el niño Nico (Julio Bohigas-Couto) se graba en un videotape cantando “Time after time” (no por nada esta canción, ya se verá).
Veinticinco años después, el 9 de noviembre de 2014, mientras se desarrolla en España una tormenta exactamente igual a la de 1989, la enfermera Vera Roy (Adriana Ugarte) descubre en su nueva casa un viejo aparato de video. Cuando lo conecta, aparece la imagen de Nico grabando su canción. Pero también, más extrañamente, aparecen de manera espontánea las noticias de Berlín de 1989. Y, colmo de la extrañeza, Vera establece un diálogo con Nico, que ninguno de los dos logra entender. ¿Explicación? La tormenta ha producido un “agujero de gusano”, esto es, una alteración espacio-temporal que conecta dos momentos diferentes. No será muy nuevo ni verosímil, pero es lo que hay.
La ciencia ficción es desbordada, sin embargo, por el misterio policial. Es el caso que aquel día, en su año 1989, Nico ha presenciado un crimen y luego ha muerto huyendo de la escena. Y Vera, en su año 2014, intenta evitar que eso ocurra: es decir, quiere intervenir en la historia, como siempre quieren los personajes en este tipo de narraciones desde Ray Bradbury en adelante. Con ese esfuerzo arrancan los angustiosos sucesos de las siguientes dos horas.
Esta película tiene ya un par de años. Pero es la más reciente que ha realizado el cineasta catalán Oriol Paulo, que disfruta de un pequeño culto entre los seguidores del cine de suspenso. Otros dos de sus largos están también disponibles en Netflix:
El cuerpo y
Contratiempo (el resto de su tiempo lo gasta haciendo series).
Después de la tormenta muestra a un cineasta seguro de sí mismo, algo adocenado en algunos momentos —por ejemplo, poco atento a los dislates actorales—, pero con un agudo sentido del suspenso, que mueve su cámara con mucha precisión, sin excederse y solo para crear las sugerencias necesarias. Paulo es notoriamente un admirador de Hitchcock, aunque parece más preocupado de la armazón de sus relatos que de sus implicancias morales o existenciales. Lo entusiasma también el tipo de historias enrevesadas que hace algunos años hicieron famoso a Tom Tykwer (
Corre, Lola, corre). Pero Tykwer fue de más a menos y hace ya un tiempo que no ha vuelto a filmar un largometraje. Los recursos del suspenso se agotan cuando no hay nada más interesante detrás de ellos. El Oriol Paulo de Después de la tormenta no necesita lecciones, pero a nadie le hacen mal las advertencias.
Dirección: Oriol Paulo.
Con: Adriana Ugarte, Chino Darín, Javier Gutiérrez, Álvaro Morte, Nora Navas, Clara Segura, Miguel Fernández, Mima Riera, Aina Clotet, Belén Rueda.
128 minutos.
En Netflix