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Viernes 22 de mayo de 2020
China propone ley de seguridad para Hong Kong y hace resurgir la amenaza de protestas
Según los críticos de Beijing, la medida pondría en riesgo a la oposición prodemocracia y al modelo de “un país, dos sistemas”.
Ni la pandemia del coronavirus ni los cuestionamientos internacionales al respecto parecieron ser suficientes para que China olvidara y aflojara la mano con uno de los asuntos que más dolores de cabeza le causó durante el año pasado: las protestas en Hong Kong. En una acción que podría llevar a una nueva ola de manifestaciones en la región semiautónoma, Beijing informó ayer que impulsará ante la Asamblea Nacional Popular (ANP, Parlamento) una nueva ley de seguridad para la excolonia británica, una medida que, según sus críticos, apunta a aumentar el control del gobierno chino en el territorio y a limitar la capacidad de acción de la oposición prodemocracia.
Durante la conferencia previa al inicio hoy de la sesión anual de la ANP (ver nota relacionada), el portavoz del Legislativo, Zhang Yesui, aseguró a periodistas que “a la luz de las nuevas circunstancias y necesidades”, los diputados chinos debatirán un nuevo “marco jurídico para reforzar la seguridad nacional” en Hong Kong. “La seguridad nacional es la base que apuntala la estabilidad del país. Salvaguardarla sirve al interés fundamental de todos los chinos, incluidos nuestros compatriotas” en la región, afirmó Zhang, quien no dio detalles de la normativa propuesta por Beijing.
Horas antes, el periódico hongkonés South China Morning Post reveló que la nueva ley prohibirá todas las “actividades sediciosas encaminadas a derrocar al gobierno central”, los “actos terroristas” y la “interferencia externa en los asuntos de Hong Kong”.
Si bien por ley debiesen ser las propias autoridades hongkonesas las que tendrían que aprobar una ley de seguridad para el territorio, el primer intento en 2003 para instaurar una medida así se topó con una gran oposición en las calles, por lo que el proyecto fue archivado y no se ha vuelto a votar hasta hoy.
Frente a ese escenario, y dado que con toda probabilidad el proyecto volvería a fracasar si se presenta nuevamente en el Legislativo hongkonés, Beijing podría recurrir al Anexo III de la Ley Básica de Hong Kong (una especie de Constitución para el territorio), que le permite introducir leyes nuevas sin necesitar de la aprobación del Parlamento local.
La idea del gobierno chino, además, amenaza con llevarse a cabo antes de las elecciones legislativas de septiembre en Hong Kong, a las que la oposición, que arrasó en los comicios distritales de 2019, ve como su gran oportunidad para conseguir por primera vez una mayoría en el Parlamento que les permita bloquear las propuestas de ley del gobierno chino.
Según los expertos, de concretarse el plan de Beijing (que con seguridad no tendrá oposición del Legislativo) se podría poner en peligro el principio de “un país, dos sistemas” que en el papel rige la relación entre Hong Kong y China, y que entrega mayores libertades civiles a los ciudadanos del territorio, junto con permitir la independencia institucional y judicial de la región.
Además, la nueva medida podría reactivar las manifestaciones en las calles, las cuales iniciaron en 2019 a raíz de una polémica ley de extradiciones a China, y que solo disminuyeron en intensidad debido a la preocupación de la ciudadanía por la pandemia del coronavirus.
“Es claro que China perdió la paciencia”, dijo a “El Mercurio” Stanley Rosen, experto en política china de la University of Southern California. “Tras las protestas del año pasado, Beijing siente que Hong Kong se ha convertido en un territorio completamente polarizado e ingobernable por sus autoridades, partiendo por (la líder del Ejecutivo local) Carrie Lam. Una ley de seguridad, o de ‘antisubversión' le permitirá a China un mayor control sobre la oposición prodemocrática y le facilitará vetar a personas, sobre todo a opositores, para que se postulen a escaños en el Legislativo de Hong Kong”, dijo el académico.
Rosen, además, aseguró que si bien “es difícil predecir qué tan fuertes pueden volver a ser las protestas hasta que la situación del coronavirus no se controles”, la ley de seguridad propuesta puede recrudecer aún más el sentimiento anti Beijing entre los manifestantes prodemocráticos, “especialmente entre los más jóvenes, que pueden volverse aún más incondicionales”.
Anoche en redes sociales utilizadas por los manifestantes hongkoneses aparecieron mensajes que instaban a la gente a reunirse para protestar contra el anuncio de la medida. Incluso, pese a las prohibiciones existentes por la pandemia del covid-19, decenas de personas fueron vistas gritando consignas prodemocracia en un centro comercial.
Respuesta de EE.UU.
El anuncio del proyecto de una ley de seguridad para Hong Kong generó ayer el rechazo del Presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ha endurecido últimamente su retórica contra China y quien aseguró que su país reaccionará “enérgicamente” en contra de la medida si esta termina por ser implementada en la región semiautónoma.
Por su parte, el departamento de Estado de EE.UU. lanzó una advertencia a Beijing al asegurar mediante un comunicado que un alto grado de autonomía y el respeto de los derechos humanos son claves para preservar el estatus especial del territorio en la legislación estadounidense, lo que le ha ayudado a mantener su posición como centro financiero mundial.
Y es que desde las protestas de 2019 el futuro de Hong Kong se convirtió en otro punto de fricción entre China y EE.UU., lo que llevó a Washington a promulgar una ley que obliga al departamento de Estado a hacer una evaluación anual de la situación en el territorio, para así definir si el gobierno estadounidense mantiene o no los privilegios comerciales que le otorga a la región.
A finales de abril, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, advirtió a China del peligro que podría comportar la aprobación de una normativa como la ley de seguridad planteada ayer. “Cualquier iniciativa que busque imponer una legislación draconiana en el ámbito de la seguridad nacional en Hong Kong sería incompatible con las promesas de Beijing y tendría un impacto en los intereses estadounidenses”, declaró.
Y el miércoles, cuando la posibilidad de que China presentara el proyecto de ley de seguridad para Hong Kong era solo un rumor, el secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que Washington “está vigilando de cerca lo que sucede” y que pospondrán la publicación de su evaluación hasta que finalice la asamblea anual del Parlamento chino.
Frente a sus dichos, el Ministerio de Exteriores chino acusó a Pompeo de “chantajear” al gobierno hongkonés y de “flagrante interferencia” en los asuntos internos chinos.