MATÍAS BERRÍOS B.
En la última Reunión de Política Monetaria (RPM), celebrada a fines de enero, el Consejo del Banco Central (BC) determinó mantener el nivel actual de la Tasa de Política Monetaria (TPM), que alcanza 1,75%. No obstante, diversos aspectos como las perspectivas de una menor inflación y un incierto panorama local e internacional podrían provocar un recorte de la TPM para los próximos meses.
De acuerdo con la minuta de la última reunión política monetaria, liberada ayer por el Central, el Consejo —compuesto por su presidente, Mario Marcel; Joaquín Vial, Rossana Costa, Alberto Naudon y Pablo García— estimó que la incertidumbre que todavía perdura limita la posibilidad de anticipar ahora un curso de acción para la trayectoria de la política monetaria en los meses venideros.
Para la economista principal de Bci, Francisca Pérez, parte de esa incertidumbre se da porque el BC no tiene los parámetros estructurales recalculados.
“Y aún es muy luego para recalibrar el modelo. Pero, claramente, cuando lo haga, ahí tendrá una nueva visión respecto al PIB potencial y TPM neutral, y podrá decidir con mayor certeza el próximo movimiento”, comenta.
Mauricio Carrasco, subgerente de estudios de Econsult, agrega que los escenarios de proyección siempre están sujetos a grados de incertidumbre que no son para nada despreciables. “Y esta incertidumbre, ciertamente, se ha profundizado dada la coyuntura”, puntualiza.
Además, el Consejo destacó que los riesgos de un mayor debilitamiento de la economía seguían presentes. Advirtieron que, pese a progresos en la agenda legislativa y el orden público, esto no se veía reflejado en indicadores económicos que dieran cuenta de mejores expectativas, lo que seguiría limitando la recuperación económica.
En tal sentido, la minuta del instituto emisor destacó que se estaba observando una rápida disminución del crecimiento de las colocaciones de consumo, que sugería un comportamiento de mayor precaución de los hogares, en conjunto con restricciones de crédito que quizás estaban siendo más agudas por parte de los proveedores de crédito.
La entidad también mencionó que si bien el mercado laboral todavía no presenta un debilitamiento muy evidente, la evolución del consumo era un asunto que se debía “mirar con mucho cuidado”, ya que en los últimos años había sido el componente del gasto que sostuvo una buena parte del crecimiento interno.
En cuanto al escenario internacional, la minuta advierte que el surgimiento de nuevos focos de tensión, en particular la aparición del coronavirus, incrementó la percepción global de riesgo, en gran parte por los efectos que este podría tener en el desempeño de China y las economías asiáticas.
El texto del Central agrega que todos los consejeros reiteraron su disposición a calibrar la política monetaria para cumplir con la meta de inflación, tomando en cuenta la forma en que la economía chilena vaya respondiendo a los efectos de la crisis y la evolución de esta.
En la última reunión de los consejeros se observó que la inflación había estado por debajo de lo proyectado en el IPoM de diciembre; de hecho, cerró en un 3% anual en 2019, ubicándose por primera vez, en cuatro años, al centro de la meta del Central.
No obstante, la inflación fue inferior al 3,4% proyectado por la entidad en su último informe de 2019.
Para este año, el Central proyectó una inflación de 3,6% y el mercado, según la última encuesta de expectativas económicas, prevé un alza de 3,2%.
Dado este escenario, de acuerdo con la minuta de la reunión de enero, se coloca “una nota de alerta”, pues de alguna forma podía reflejar que el traspaso de la depreciación del peso no estaba dándose con la intensidad prevista en diciembre o “que las presiones desinflacionarias eran más agudas que las previstas”.
A juicio de uno de los consejeros, en marzo se debería indicar si las condiciones monetarias estaban contribuyendo al proceso de refinanciamiento de personas y empresas y si se estaba desarrollando en un entorno acorde con las proyecciones, ya que el riesgo de una inflación por debajo de la meta podría ser relevante en los próximos trimestres.
Proyección de la trayectoria de la TPM
Para el economista senior de LyD, Tomás Flores, dado que la inflación ha tenido una evolución más moderada que la prevista en el IPoM de diciembre, es posible que la presión desinflacionaria genere la posibilidad de que la TPM sea recortada durante este primer semestre. “Habría un recorte de 25 puntos base en mayo si es que la inflación sigue por debajo de lo proyectado”, comenta Flores.
Por su parte, desde Scotiabank, comentan que anticipan una TPM de 1,0% a diciembre de 2020. “Pero nos cuesta más señalar el mes de inicio de los recortes, pues dependerá del regreso de la ortodoxia del BC al defendido y exitoso marco de metas de inflación”, remarcan.
Mientras que la economista de Santander, Sindy Olea, dijo que si los factores de volatilidad en los mercados financieros e intervención cambiaria se despejan y las expectativas de inflación retroceden de forma más intensa, habría una posibilidad de nuevos recortes, que podrían llevar la TPM hasta 1%.
Por su parte, Francisca Pérez agrega que desde Bci creen que, dadas las menores perspectivas de inflación, se abre la posibilidad de bajas de tasas hacia la segunda mitad del año. “Estas podrían ser dos de 25 puntos base”; es decir, llegar a una TPM de 1,25%.