En toda su trayectoria poética, Germán Carrasco procura una forma, sin la cual el poema ni se yergue ni sobrevive, que dé cuenta de la precariedad sufrida y sufriente del pueblo chileno, hoy y en su historia. La forma de ser, habitar y devenir del sujeto popular, en su concreción individual, debe tener un correlato en la forma de construir y estar el poema, cuyas raíces, las raíces del poema "aman lo oscuro/ y húmedo,/ el siseo del devenir,/ el underground/ lo que no tiene registro/ es el inconsciente/ de la historia,/ la contra-cultura/ son las raíces". El rechazo a ciertas formas tradicionales -señaladas por la palabra "métrica"- y, por ende, a una manera de poetizar, rechazo que aparece en todas sus obras y también en esta, no tiene su origen, entonces, en ellas mismas sino en su inadecuacion, en su carácter extemporáneo y postizo en relación con Chile y el mundo al cual el poeta se debe primariamente. De esta búsqueda -ardua y valiente- resulta en la poesía de Carrasco una meditación polémica acerca del oficio poético, del sentido de la poesía, de su función social y política, una meditación que, sin duda, la enriquece, la crispa y afila.
En este último libro de poemas, Germán Carrasco traza un encuadre formal visible, que el propio poeta expone al lector, lo reitera, lo jalona a lo largo del libro, empieza y cierra los poemas con esas ideas-imágenes como si quisiera con ello sostener una arquitectura dentro de la cual moverse a la vez con ligereza y aplomo.
En una esquina se encuentra la idea-imagen (que se halla en el título del libro) de unos rollos de fotos abandonados en el mercado persa, material desechado que es reciclado en el poema. Las operaciones que lleva a cabo en ese proceso (Resurrección-saqueo), los problemas y preguntas que implica la reconstrucción de vidas ajenas cuyo vestigio es tan leve y, todavía más, el salto peligroso hasta las vidas de aquellos respecto de los cuales ni siquiera existe un metraje encontrado, son nudos principales de su poetizar. Este es un hilo importante que lanza Carrasco de un extremo a otro de este toldo precario que es su poema, un hilo que va y viene y se enreda en distintos versos y lugares de su despliegue.
Desde el otro ángulo, trabado íntimamente con el anterior para dotar de firmeza a la estructura, Carrasco planta la idea-imagen del poeta como "chasqui", una suerte de mensajero que comunica y anuda puntos de la realidad en condiciones y con recursos paupérrimos y en ámbitos en que esa comunicación es en extremo difícil y arriesgada, donde la posibilidad del fracaso, por lo mismo, es mayor. Es patente que Germán Carrasco es un poeta que elabora con esmero esta estructura formal -no deja cabos sueltos-, pero también es patente que con su diseño se distancia de un poetizar que aplica fórmulas demasiado probadas, que trabaja con recursos "lujosos", por decirlo así, y cuyas temáticas son de aquellas propias de la "alta poesía". "Todo empieza -señala- con la idea del poeta como chasqui:/ peligro y belleza en el delivery de versos/ en zonas de barrancos".
La poesía de Carrasco funda y proyecta este aliento ético, un compromiso político y vital meditado y consecuente con su versificar. El poeta que quiere ser es un poeta arraigado en nuestro pueblo, que procura representarlo, no tanto en los temas, sino en una forma que le sea fiel, un poeta proletario.
De este
ethos tan marcado, Carrasco también deriva la virtud de la firmeza o virilidad, simbolizada en buena medida por la fuerza de ciertas plantas comunes capaces de sobrevivir en medio ambientes adversos, carne de perro y raíces profundas y ampliadas como copas, donde corresponde un talante poético que no confunde la precariedad con la blandura, lo muelle y delicado. La poesía de Carrasco no se aviene con linduras, sin por eso dejar de ser tierna y cuidadosa de lo pequeño y frágil, ya que, subterránea y oblicua, alude a una historia de amor, de derrota y encuentro, de soledad y ansia de afecto.
La imagen final del poema resume su poética: ese refugio -un cobertizo hecho con un pareo y con cuerdas afirmadas por rocas- plantado a la orilla de una playa, un toldo que cobija al poeta y su compañera en medio del desierto y la soledad.
Las virtudes ya conocidas de la poesía de Carrasco concurren otra vez en este libro, puntuales y vitales, ofreciendo poemas y versos sobresalientes.
Metraje encontrado es un libro sorprendente por lo inteligente de su diseño formal, la riqueza y consistencia de sus imágenes, la pluralidad de los registros, la agilidad y sorpresa en una manera de hacer una poesía que provoca y conmueve.