Aún es pronto para evaluar las propuestas matinales que esta semana estrenó CHV, pero ya era hora de que alguien hiciera algo ante el desgastado esquema de programas franjeados de prácticamente cinco horas con que todos los canales locales abrían su programación miscelánea. Todo es cuestión de tiempo. Todo en su justa medida. Y lo cierto es que ya no daba para más, pero todavía hay que esperar.
En el intertanto, hay un par de cosas que sí se pueden ir concluyendo. Primero, que el segmento informativo puede salir fortalecido al no estar expuesto a un alargue innecesario y a un debate eterno de un panel representativo de tantas opiniones como gente se pueda sumar. O sea, el infinito es el límite. Y las externalidades son impredecibles: además del peligro de informaciones falsas al incluir a panelistas de diversas procedencias -que se hacen eco de redes sociales-, está el riesgo de las opiniones políticamente incorrectas, banales o que siembran odiosidad.
Profesionalizar la entrega de la información es buena señal que da "Contigo en la mañana", el segmento con que parte la programación matinal de CHV. Desde el liderazgo -entregado a los periodistas Julio César Rodríguez y Monserrat Álvarez-, este espacio impacta con cada intervención, con cada nota que pone en pantalla, con cada generador de caracteres. Trabajan afanosamente en exclusivas como la entrevista a María Inés Facuse, hoy separada de Sergio Jadue, y los peritajes a restos óseos vinculados al caso de Fernanda Maciel. Tienen vías expeditas de denuncia para el público y consiguen rápidamente casos aterradores vinculados a pedofilia o reconstruyen las últimas horas de un joven que desapareció, sin dejar huella, hace unos días. Nuevamente, el tiempo hace la diferencia en la calidad del contenido que se consigue entregar.
Pero sea trabajoso o premuroso, "Contigo en la mañana" es un espacio periodístico musculoso, que debe trabajar sus ritmos para dar pausas, para hacer que sus panelistas tengan más espacios y aporten algo de liviandad y de emocionalidad, como pasó cuando las mujeres tomaron el control de la entrevista con María Inés Facuse y la intimidad se apoderó del set.
Algo similar se puede decir de "Viva la pipol", el espacio que sigue a continuación en CHV, donde la entretención es el
leitmotiv y los mejores momentos de la primera semana han sido los que han dado a cargo del contraste que generan Pamela Díaz y Gaby Hernández, actriz contratada por el canal para debutar en animación y toda una revelación por su ángel y espontaneidad.
El programa aún debe avanzar, porque es un segmento que a punta de pequeños juegos y conversación busca crear una alternativa, algo que no está presente en la competencia y eso es un desafío mayúsculo. Por lo pronto, vendría bien algo más de aire, quitar la sensación de encierro, de luz incandescente que da un aire tan nocturno -casi de boite-y que recuerda demasiado al espacio de trasnoche de donde vienen tres de los conductores (Díaz, Felipe Vial y Jean Philippe Cretton). El cambio de hora se debe notar.