Yo nunca creí mucho en las redes sociales, desde antes de los bots y las fake news. Quizás por eso me cuesta creer que el Tinder sea efectivamente de Sergio, sobre todo si se define con un "no hablo mucho, porque me gusta procesar y pensar antes de compartir mi opinión", cuando todos sabemos que el ex presidente es un soplón y delator de quienes eran sus colegas y amigos.
No creo que -en espera de una condena ya inútil en virtud de sus acuerdos con el FBI- sea el Tinder de Sergio porque entre sus anhelos sostiene que quiere "enamorarse, ir a un safari, conducir un auto de carreras e ir a un tour del vino en Napa". ¿En serio? ¿Y ni una palabra para asistir a la inauguración del Mundial del 2030, uno de sus grandes sueños de grandeza en la época dorada? Faltan 4 mil 530 días para ese viernes 14 de junio del puntapié inicial en Montevideo o Buenos Aires, y donde nosotros, de acuerdo a la versión del Presidente (por redes sociales, por supuesto), tendremos al menos una semifinal.
Eso, para que no se transforme en populismo, demagogia, humo o noticia falsa instantánea, debe venir automáticamente ligado a una propuesta que contradiga el plan original del Gobierno de no hacer un nuevo Estadio Nacional. Para la Copa tenemos que tener construida la Línea 10, el Puente de Chacao, la red de hospitales públicos y, por supuesto, un recinto para semifinales que debemos empezar a planificar ahora. Espero el anuncio en breve.
Además, Sergio en Tinder debió pronunciarse sobre la nueva insignia de Unión La Calera y, en términos generales, definirse como un liberal o un conservador en estas materias. Yo, que soy chapado a la antigua, creo que la publicidad tiene sus límites, que hay cosas sagradas como el valor de una camiseta, que puede tener una marca asociada, pero no números de papas fritas como la de O'Higgins, porque el fútbol es una cuestión seria.
No es serio, por ejemplo, que un técnico esté colgando en la fecha del debut; pero no es raro, considerando todo lo que ha sucedido en el accidentado arranque del año para la U. Más que la temprana eliminación en la Libertadores, lo que triza y daña son las filtraciones (las institucionales y la del desagüe), las indefiniciones internas, los recados bajo cuerda y, sobre todo, la falta de coherencia de un proyecto técnico que nadie sabe a donde va. ¿O de verdad quieren hacernos creer que todo dependía de ese 10 que no llegó?
Comenzó el campeonato y ya tenemos un ojo puesto en la Copa América. Les recordamos que por culpa de las redes sociales la selección está hecha bolsa en sus relaciones internas y en la cohesión de grupo. No vamos a pretender normar el uso del celular (el propio y el de la familia y amigos), pero por culpa de varios próceres hemos tenido que aprendernos las reglas del reggaetón y el significado de los emoticones.
Por eso, cuando de estas cosas se trata, hay que andarse con cuidado.