Alumno brillante, destacado maestro, el primer Presidente de la República egresado de sus aulas, Doctor Honoris Causa. Así podríamos resumir en breves palabras la relación del Presidente Eduardo Frei Montalva con la Pontificia Universidad Católica. Era su Alma Mater, sentía un indisimulado orgullo por haber cursado sus estudios de Derecho bajo el alero de esa institución y a lo largo de su vida demostró su lealtad y cariño para con esa Casa de Estudios.
Cuán difícil resulta a la luz de la historia reciente entender entonces la actitud de quienes dirigen hoy la Universidad Católica; el rector de esta, el Dr. Ignacio Sánchez, se permitió escribir una carta a "El Mercurio" para defender a dos de sus colegas de profesión y profesores de aquella institución, quienes fueron condenados como encubridores por el magnicidio del Presidente Frei. En su misiva, el facultativo intenta desvirtuar el exhaustivo trabajo desarrollado durante 15 años por el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Alejandro Madrid, quien investigó acuciosamente el asesinato del exmandatario y llegó a la convicción de que dichos condenados tuvieron participación punible en los hechos que determinaron su muerte. Para ello, el rector esgrime una serie de supuestos hechos, que simplemente no constan en el expediente de la causa, o bien, contra toda la evidencia del caso, demuestran que no son ciertos.
Pero más allá de los argumentos explicitados en la columna, lo que en realidad está en juego es el rol de la Universidad Católica respecto de la promoción y respeto de los Derechos Humanos -tanto en dictadura como en el tiempo presente-, particularmente a la luz de la sentencia del juez Madrid. Pero, también, a propósito de otras investigaciones judiciales en que exalumnos o exacadémicos de esa casa de estudios también han sido involucrados.
Las acciones de su rector han comprometido la imagen y prestigio de la Universidad, y nos llenan de preguntas incómodas. Entre otras: ¿cuál es el estándar ético de la UC, que puede ser objetor de conciencia en el contexto de la Ley de Despenalización de Aborto en 3 Causales, pero ampara a condenados en el asesinato del Presidente Frei?; ¿qué entiende hoy la UC por valores cristianos? Y quizás la más humana de todas: ¿puede ser tan indolente ante el sufrimiento de una familia al punto de no asistir a la ceremonia en la cual la Federación de Estudiantes UC le dio el nombre del Presidente Frei a una sala de la Facultad de Derecho?
El rector Sánchez ha actuado de un modo imprudente, desvirtuando su condición ante la comunidad académica y la sociedad en general. Sus actos parecen más la manifestación pura y simple de poder político que el legítimo ejercicio de la autoridad derivada del saber universitario. La historia juzgará su decisión y sus acciones.
Esperamos que la Pontificia Universidad Católica vuelva a ser fiel a los valores cristianos que le dieron vida, que construyeron parte fundamental de la historia de este país, y vuelva a ser digna de haber tenido entre sus filas a un hombre de la estatura moral y política del Presidente Eduardo Frei Montalva. Un estadista que siempre sintió orgullo por haber sido formado en sus aulas.
David Morales Nordetti
Secretario Nacional del Partido Demócrata Cristiano