ESTE ES UN REMAKE DONDE LA COMPARACIÓN ES INEVITABLE CON LA PELÍCULA QUE FILMÓ FRANKLIN J. SCHAFFNER EN 1973, basada en el best seller que Henri Charrière tituló con su apodo de Papillon, para relatar la sufrida e increíble vida de un presidario en la olvidada Guayana Francesa y la terrible Isla del Diablo.
Shaffner venía de dirigir "Nicolás y Alejandra" (1971) y "Patton" (1970), para no mencionar "El planeta de los simios" (1968).
Steve McQueen, el Papillon del cine, en el año anterior protagonizó dos películas de Sam Peckinpah: "Hijo del torbellino" y "La huida".
Y Dustin Hoffman, después de "El graduado" (1968) y también de trabajar con Peckinpah o Arthur Penn, podía hacer lo que quería y actuar con lo básico. Su personaje de Louis Degas, el gran amigo del protagonista, es un rosario de muecas y tics, pero con eso le basta y hasta sobrepasa lo que parecía imposible: su personaje de Ratso, en "Perdidos en la noche" (1968).
Si la original era una película de Hollywood, el
remake respira aire europeo, por el director danés Michael Noer y los actores ingleses, holandeses, alemanes, más daneses y apenas un estadounidense en el reparto: Rami Malek, como Degas, el prisionero delgado, quebradizo y con dinero, y eso en prisión salva el pellejo y la dignidad, por decirlo con elegancia. Todo eso y la amistad con Papillon, interpretado por Charlie Hunnam, que en el París de 1931 y en los años locos es acusado de un crimen que no cometió, aunque en los hechos llevaba una vida criminal.
Hunnam, el protagonista de un latón soberano como "El Rey Arturo: La leyenda de la espada" (2017) y de una aventura curiosa e inglesa en el corazón de Sudamérica: "Z: La ciudad perdida" (2016), enriela un personaje que parte definiéndose por una fuerza física y determinación que será aplacada con castigos, confinamiento, hambre y largos años de soledad y silencio.
El
remake no pierde de vista lo central y están las fugas y sus intentos, pero lo que importa es lo que sucede dentro de los muros y entre las rejas, porque se trata de la demolición de los cautivos, donde el primero es Papillon, un pobre desgraciado que por casualidad divisa la solidaridad y caridad humana, y ni siquiera imagina la mano de Dios.
La película no es eficiente en levantar personajes secundarios y los seres torvos y despreciables, porque los hay, son un par de extras voluminosos y sin frase que deambulan y meten miedo, pero son caricaturas y no seres de carne y hueso.
En ese trance infernal y por períodos, Papillon se encuentra con Degas, alguien inseguro, distinto y finalmente su protegido. Entre esos personajes, la película desliza una relación masculina que siempre es de amistad; no obstante, quizás la sola amistad no describe completamente una cercanía que encierra un misterio.
La película, en conclusión, tiene grietas y no resuelve el misterio, pero resiste y aguanta una lejana y antigua comparación.
"Papillon". EE.UU./República Checa/ España, 2018. Director: Michael Noer. Con: Charlie Hunnam, Rami Malek y Tommy Flanagan. 133 min. Mayores de 14.