ESTA ES LA CUARTA VERSIÓN DE "NACE UNA ESTRELLA" Y EN LAS DOS INICIALES, LA DE WILLIAM A. WELLMAN DE 1937 y la de George Cukor de 1954, los personajes pertenecían al mundo del cine, donde el actor famoso y experimentado -Fredric March y James Mason, respectivamente- descubría, ayudaba y finalmente se enamoraba de la joven ansiosa por triunfar: primero Janet Gaynor, que interpretaba a una actriz, y luego Judy Garland, cantante y actriz, con el musical como género dominante.
La película de 1976, con Kris Kristofferson y Barbra Streisand, los transformó definitivamente en cantantes y sacó a los personajes del universo de Hollywood, y este nuevo
remake, con Lady Gaga en el reparto, subraya una modificación que no es vana, porque parte de la novedad y marketing está en el reto actoral de Lady Gaga, en ningún caso un despropósito, aunque sus mejores momentos son interpretando una canción, asombrándose por una letra o emocionándose por los vítores del público.
Las películas de 1937 y 1954 diseccionaban a la industria del cine, a los Oscar y a la política de los estudios, con protagonistas que padecían esa atmósfera de auge, caída y olvido.
La versión de Cukor, que puede ser la mejor de todas, fue una variación sobre la construcción de la mujer, por lo demás un tema recurrente en el director y algo que está en "Nacida ayer" (1950) o en "Mi bella dama" (1964).
En esta película, el protagonista y además director Bradley Cooper, es el famoso Jack Maine, una estrella de la música country , acosada por el alcoholismo y las drogas.
Alley (Lady Gaga) es la mujer que canta por las noches en un bar de travestis y que duda de su propio talento, sus capacidades e incluso de su belleza.
Es indicativo que el único colectivo con personajes que mezclan humor, frustración y acidez, está en las afueras del circuito artístico: Lorenzo (Andrew Dice Clay), el padre de Ally, y sus colegas, que se ganan la vida como choferes de gente famosa.
La película roza el mundo de la música y sus vericuetos, también la riqueza súbita y desbordada de una estrella, y no alumbra el recelo o la envidia del sobreviviente que se alimenta de las migajas del famoso, cuyo destino siempre está amenazado por el desplazo y el reemplazo.
Es un acercamiento elíptico que apenas roza la energía gigantesca e inhumana que desprende la multitud en un concierto, y que exige y obliga al artista; por lo tanto, se asoma levemente a lo que puede estar en las raíces de la tragedia, esto es, una persona que para asumir el reto de la fama, la inspiración y superar la prueba de cada actuación, necesita algo extra y hasta doblegarse ante el alcohol, la droga o lo que sea.
El
remake de "Nace una estrella" es una versión correcta de un relato que se afirma en lo clásico de la historia, pero vislumbra el contexto, poda las circunstancias, limpia lo feo y se distancia del fondo del asunto.
"A star in born". EE.UU., 2018. Director: Bradley Cooper. Con: Lady Gaga, Bradley Cooper, Sam Elliott. 140 min. Mayores 14.