Señor Director:

Con algo de malestar Jaime Gazmuri se refiere a mi carta del jueves. Dice que no he comprendido la declaración sobre Lula formulada por él y otros políticos chilenos y que, por ello, "manifiestamente" la he tergiversado. Para fundar su acusación, me aclara, "no hemos pedido el indulto de Lula. Tampoco Lula". De ello deduzco que mi "no entendimiento" y mi "tergiversación" de su declaración provendrían de que yo habría entendido o manifestado que los políticos chilenos requirieron un indulto para Lula. Jamás he dicho o sugerido algo semejante. Claramente sostuve ayer en mi carta que en la declaración política aludida se exigía "la libertad del ex mandatario" y se cuestionaba "el Estado de Derecho en Brasil". Añadí que el candidato Haddad había rechazado la posibilidad de indultar a Lula (hasta que las cortes superiores no reconozcan su inocencia) y que el senador Montes había manifestado cierto arrepentimiento por haber reprochado el actuar de la justicia brasileña en la declaración.

Esos dos hechos novedosos y significativos fueron los que me llevaron a escribir nuevamente sobre la improcedencia que le atribuyo a la declaración emitida en julio. Improcedencia que proviene del hecho de que Brasil, no obstante sus problemas internos, es una democracia y no corresponde, ni es muy republicano, que autoridades o políticos extranjeros condenen o cuestionen el funcionamiento del Estado de Derecho de otra República. Además, cuestionamientos de esa naturaleza nunca son bien recibidos por las otras partes y pueden ser contraproducentes.

Por último, y en aras de esa misma defensa de la democracia en Brasil y Latinoamérica que proclama la declaración de Gazmuri, a muchos chilenos nos habría gustado que el mismo ímpetu que se puso en defender los derechos de Lula se hubiese manifestado en defensa de los presos políticos en otros países de nuestra región, países que, a diferencia de Brasil, sí son dictaduras o, cuando menos, autocracias.

Ricardo Concha Gazmuri