Señor Director:

En entrevista del martes recién pasado, la defensora de la niñez afirma, desde una curiosa mezcla de perspectivas, que el niño que no ha nacido "no es un niño", desconociéndole dignidad y estatus jurídico. Nos dice que habla desde un enfoque de defensa de los derechos humanos (sexuales y reproductivos), que luego pasa a consideraciones biológicas, y que finaliza con la tesis de que a ella le "parece" que hasta las 14 semanas de gestación no se puede hablar de un ser humano. Así, concluye con una tesis metafísica acerca de la constitución de la persona humana.

Más allá de la mezcla de perspectivas, hay un par de confusiones en su discurso que conviene aclarar: primero, que las personas no se generan "médicamente" a partir del cerebro. Al contrario: gracias a la embriología sabemos que el niño, a partir de su dotación genética propia, dirige su proceso de construcción somática o corporal, incluyendo en ese desarrollo la formación de su propio cerebro.

Luego, desde una perspectiva jurídica, ese niño que se está gestando es un sujeto que, como todo miembro singular de la especie humana, tiene derecho a protección por parte nuestra y del Estado. Al menos aquello lo señala expresamente la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención de Derechos del Niño, luego de haberle reconocido "dignidad humana". Ningún derecho de terceros facultará a nadie para acabar con su vida, ni ningún derecho tiene el Estado ni sus agentes para desconocer su estatus jurídico. Desde luego, la plenitud de vida que llegue a alcanzar dependerá, ni más ni menos, del grado en que nosotros, su sociedad, le permitamos florecer como persona.

Este enfoque ético puede no ser compartido por la señora defensora de la niñez, pero no puede ignorarlo en atención a sus "pareceres" personales. Menos aún, si los supuestos que expresamos acá además están recogidos en el programa intersectorial Chile Crece Contigo, con una propuesta de desarrollo seguro y vinculante desde el vientre materno hasta los nueve años de edad.

Lamentablemente la defensora, en el marco de sus confusiones, toma una postura ideológica, desatendiendo en el proceso los derechos e intereses de los niños que tiene a su cargo custodiar.

Soledad Alvear; Sergio Valenzuela P.; Andrés Jouannet; Eduardo Galaz V.; Felipe Sandoval P.; Claudio Lavados M.; Gonzalo García P.; María Graciela Donoso; Alejandra Gajardo U.
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