A. von Baer y W. Díaz

Al teléfono desde Temuco, el senador Francisco Huenchumilla ahonda en las razones de su bajada de la carrera por la presidencia DC, lejos de la "desorientación" que confesaban sentir los dirigentes del sector progresista con su definición.

"He tomado la decisión de no competir en esta elección, porque se ha llevado de la misma manera de siempre, una lucha despiadada por el control interno de las distintas maquinarias, lotes y sublotes, y no he visto conciencia generalizada de la grave crisis que vivimos. Yo señalé que no estaba disponible para seguir con más de lo mismo, porque en esta elección solo se está disputando el poder, que es lo que nos llevó al descalabro. Aquí debería haber habido un gran acuerdo para salvar el partido, en torno a ideas para Chile. Y no vi eso. No estoy disponible para seguir con esos mismos males que nos han caracterizado en esta caída libre al precipicio", explica.

-¿No podría cambiar de opinión si se da ese acuerdo de aquí al viernes?
-No. Es una decisión definitiva, no hay vuelta atrás.

-El diputado Torres encabezó conversaciones para armar una lista en acuerdo. ¿No vio unidad?
-El acuerdo debía tener un diagnóstico compartido respecto a la crisis. Y vi que no había eso, algunos se tapan los ojos y esconden los problemas bajo la alfombra, y ven esta elección como un proceso corriente en que hagamos lo mismo, soslayando la crisis. Yo pedía un acuerdo entre progresistas y moderados, y no se dio. No estaban las condiciones para que yo condujera el proceso.

-¿No había disposición de los distintos grupos para integrar al otro?
-A eso me refiero. Tenía que primar el objetivo político de salvar a la DC, pero aquí el objetivo era "¿Cómo voy yo? ¿Cuál es la cuota de poder interno mío?". Los sectores no están conscientes de la crisis y están alucinando, pensando que una elección entre lotes va a solucionar el problema. ¡Aquí se requiere una cirugía mayor!

-Torres, a quien usted mandató para hacer el acuerdo, dijo el lunes que los sectores habían "respondido" a ese llamado.
-No tengo detalles de la negociación entre lotes, pero no había un diagnóstico compartido, porque si lo hubiera habido, ellos deberían haber bajado las banderas y decir "estamos en una situación crítica", y debemos definir en acuerdo el destino de la DC. Sentarnos a la mesa, enumerar cuatro problemas, ver las propuestas y después el cómo se conduce la DC. Fue lo que propusimos con las senadoras Rincón y Provoste: suspender la elección y dar un momento de reflexión.

-¿Debería su sector, el progresista, buscar un acuerdo con Chahín y apoyarlo?
-Yo llego hasta aquí, asumí mi responsabilidad poniendo mis condiciones. ¿Qué va a pasar? Que cada cual asuma su responsabilidad, y vean qué viene. Y si alguien piensa que por tener el timbre y la campanilla se va a dar solución al partido, es un error político. Yo seguiré siendo senador, con mi tarea legislativa. Tuve una visión que los grupos no comparten, porque piensan que hay que seguir la disputa.

-Si Chahín es presidente de la DC, ¿trabajará en conjunto con él?
-Sigo siendo militante, pero no me corresponde estar en esta elección.

-¿Y qué le parece su figura como timonel del partido?
-Prefiero no hacer comentarios. Paso.

-Luego de la bajada de Alberto Undurraga, los dirigentes del ala moderada empezaron a plegarse a la opción de Chahín y no a la suya. ¿Influyó eso?
-No es por eso, sino que porque nadie compartía mi diagnóstico. Cada uno empezó a tomar opciones como si esto fuera normal, todos muy entusiasmados con las elecciones, connotados dirigentes que tradicionalmente han manejado esto.

-Chahín estaba juntando respaldos. ¿No era importante para usted tener amplias mayorías que permitieran ganar?
-La mía no era una lógica electoral. Yo tenía un objetivo político, un gran acuerdo, independiente de los actores electorales. Eso no se dio y por eso doy un paso al costado.

-Undurraga estaba disponible, pero el ala progresista le pidió a usted ser candidato. Meses antes, varios dirigentes decían que a raíz de los triunfos senatoriales del sector se debía instalar a una figura de este grupo en la conducción. ¿Fue un error?
-Muchos se entusiasmaron con eso, yo puse paños fríos diciendo que se necesita acuerdo con todos, y que no basta con que un sector haya ganado unos senadores para conducir el partido.

-Pero usted transmitió que estaba disponible la semana pasada también, y por eso se bajó Undurraga.
-Yo no andaba buscando un cargo. No tenía aspiración personal, mi único interés era salvar el proceso, y coloqué mi nombre, abrí la ventana cuando se me dijo que era posible una convergencia con los moderados. Pero eso no se dio, y yo tengo claro que estamos en una situación crítica.

-Finalmente, su sector quedó sin candidato para enfrentar a Chahín. ¿Su decisión no agudiza la crisis?
-Bueno, en eso consiste la política, en muchas veces navegar contra la corriente para producir efectos positivos que generen una toma de conciencia. Yo tomo una decisión tajante, soy claro, no me gusta ser agüita de perra.

-¿Cuál sería el efecto positivo en estas 72 horas?
-No espero nada, francamente. No es un cálculo para generar una bomba de racimo, sino que para que en el transcurso de los meses nos vayamos dando cuenta de que se cometió un error. En el partido cuesta mucho poner a la gente de acuerdo, porque no hay un mínimo común denominador de disciplina y visión de qué hacer. ¡Ni siquiera estamos de acuerdo en cómo enfrentar a un gobierno de derecha! Algunos piensan que eso se hace siendo buenas personas, y dicen: "¡Cómo nos vamos a negar a conversar!". Nadie se niega, pero estamos hablando de política, no de la Congregación de San Antonio.

-¿Qué rumbo debe adoptar el partido? Yasna Provoste dijo en enero que los triunfos senatoriales del sector progresista fueron por poner una diferencia con el "neoliberalismo".
-Ganamos porque tuvimos una propuesta con fuerza. La visión neoliberal se ha impuesto en el mundo y se ha hecho sentido común, porque hoy tampoco tiene alternativas en la DC. Se fundamenta en el individualismo más brutal y la DC está por una sociedad solidaria. Pero a algunos camaradas, el neoliberalismo les hizo sentido, se confundieron, y el día en que se sentaron en el sillón de algún directorio se creyeron el cuento. Eso no es la DC. Estamos a favor de la economía social de mercado, no de la de mercado, porque eso es capitalismo salvaje.

Salida de Martínez y Alvear: "Se perdió el control interno (...) Se buscan pretextos echándole la culpa al Partido Comunista"

-¿Qué opinión le merece que Gutenberg Martínez y Soledad Alvear abandonen la DC?
-Les tengo mucho afecto, pero esto es un partido y nadie puede eludir sus responsabilidades. Todos hemos sido responsables, pero unos más que otros. Un conjunto de dirigentes manejaron este partido desde los 90 y son responsables de lo bueno y lo malo. Echo de menos una autocrítica. Después de llegar al 5,8% en la presidencial, no la ha habido. Gutenberg tiene una tremenda responsabilidad y debería entender que el déficit fue no tener visión estratégica de para dónde iba el país y que los procesos políticos no se pueden controlar mediante mecanismos internos de control del poder, sino que requieren propuestas políticas para el mundo que cambió. La gente nos castigó en una elección respecto a nuestra identidad. ¿Qué es la DC? ¿Cuáles son sus ideas? Nos tiraron al último lugar y es una tremenda luz roja. Y no fuimos capaces de entenderla.

-¿A qué atribuye su decisión? ¿Es por el hecho de que no se desecharan pactos con el Frente Amplio y el PC?
-Buscar un argumento en función del PC es un pretexto, porque ya no es tema, lo fue en los 60. Hoy el tema es que la DC no tiene respuesta adecuada. ¿Decir que se va porque tuvimos coalición con el PC, que por lo demás la firmaron los controladores del partido, no el sector progresista? Es un pretexto.

-¿Y pretexto de Martínez para qué?
-La DC ha sido un partido pluriclasista, con gente de todos los sectores, y están los otros, los Machuca y los Huenchumilla. Logramos un partido potente, donde un sector de profesionales de clase media tomó el control interno por muchos años. Y hoy, con el partido en baja, se perdió el control interno, y no se quiere enfrentar y se buscan pretextos echándole la culpa a lo del PC, lo que es una ofensa a la inteligencia de todos nosotros.

-¿Usted espera que la salida de ambos no desate una "fuga de militantes" mayor? Jorge Pizarro pidió que no haya una "operación" para eso.
-La puesta en escena de esto no ha sido lo más fraternal con la DC. Si uno se va por convicción profunda, debiera irse calladito, sin tanta parafernalia, si ya quiere quemar lo que antes adoró, porque si no, hacen daño a su casa común, y no creo que sea la forma de irse. Pero se hace una puesta en escena. Comparto lo de Pizarro, y me temo sea el comienzo de una crisis mayor. Esto va a terminar en crisis terminal, tarde o temprano.

-¿Al punto de que desaparezca el partido?
-Esos son procesos. A los partidos les cuesta desaparecer. Pueden quedar viviendo en la insignificancia misma, con un par de números de apoyo, pero perdiendo la relevancia que alguna vez tuvieron, y viviendo de las glorias del pasado.