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Editorial
Domingo 22 de abril de 2018
Prevención juvenil del VIH
"El aumento de los casos de contagio en Chile entre los jóvenes refleja una inquietante pérdida de la percepción de riesgo...".
La controversia generada por el error del ministro de Salud sobre las cifras de mortalidad producto del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) no debe distraer del verdadero problema de salud pública, cual es el alarmante aumento de los casos de contagio que se ha detectado en los últimos años, afectando principalmente a los jóvenes.
En efecto, la reducción de los recursos presupuestarios destinados a las actividades preventivas y la ausencia de campañas públicas de información -pese a que la normativa obliga a realizar una anualmente- ha restado visibilidad a la necesidad de tomar medidas para prevenir el contagio y ha redundado en una disminución de la percepción de riesgo. Asimismo, las dificultades de acceso para hacerse el test aumentan las posibilidades de transmisión de la enfermedad por tardanza en el diagnóstico, lo que -a la vez- impide iniciar el tratamiento adecuado, que -asumido oportunamente y de manera rigurosa- permite controlarla.
La evidencia internacional -particularmente de países europeos que han logrado detener los contagios- indica que políticas preventivas focalizadas en grupos de riesgo ayudan a crear conciencia sobre las implicancias de contraer la enfermedad. Especialmente relevante es trabajar con los jóvenes, quienes debieran recibir una educación sexual integral para que, tempranamente, obtengan una formación destinada a conocer los riesgos de un comportamiento sexual irresponsable.
El aumento de los casos de contagio en Chile indica que no basta con entregar información sobre opciones de cuidado, sino que se requiere de campañas periódicas que mantengan el tema en la agenda pública, de manera de crear mayor conciencia del riesgo de contagio. Al mismo tiempo, parece necesario facilitar el acceso al examen, especialmente para quienes están más expuestos. Experiencias de aplicación gratuita de la prueba en recintos universitarios y municipios han demostrado un gran interés, especialmente de la juventud, por chequearse para descartar un posible contagio o -en caso de infección- recibir un apoyo inmediato.
La implementación de una eficaz y permanente política pública de prevención, que comprenda una formación temprana educativa y campañas periódicas de información -especialmente orientadas a los jóvenes- parece urgente para detener la transmisión de esta enfermedad, cuya propagación se ha controlado en diversos países exitosamente.