I. Martinic, G. Pardo y J. Martínez
Noventa veces tuvo que estrechar su mano ayer el canciller Roberto Ampuero en su primer encuentro con el cuerpo diplomático acreditado en Chile. Como dicta el protocolo, el ministro de Relaciones Exteriores saludó uno por uno a los embajadores y representantes de organizaciones internacionales que llegaron al salón O'Higgins del edificio Carrera para conocerlo, lo que le tomó 47 minutos.
Sentado en la séptima fila estaba el encargado de negocios de la Embajada de Haití en Chile, Carl Benny Raymond. Revisando su teléfono celular u observando los saludos de quienes le antecedían, esperó paciente durante 28 minutos. Y cuando finalmente le correspondió su turno, compartió con Ampuero durante 22 segundos.
Fue el primer contacto formal entre autoridades chilenas y haitianas, luego de que 48 horas antes el Presidente Sebastián Piñera anunciara una nueva política migratoria con un foco especial en los ciudadanos de ese país caribeño, que desde el lunes deberán pedir una visa para viajar a Santiago como turistas.
El Gobierno chileno envió el martes a la embajada haitiana un documento con las nuevas reglas de ingreso, calificadas como "discriminatorias" por organizaciones migrantes. Desde el 16 de abril, los haitianos que lleguen como turistas solo podrán permanecer 30 días en el país. Comúnmente, otros extranjeros pueden hacerlo durante 90 días.
La embajada notificó de inmediato al gobierno de Puerto Príncipe. Y aunque este aún no ha adoptado una posición oficial, Raymond planteó ayer que Chile está ejerciendo atribuciones que le corresponden de acuerdo con la Convención de Viena. "El Gobierno de Chile tiene todo el derecho de decidir como le parezca conveniente para regular, dar una dirección a su política migratoria", aseguró el encargado de negocios.
Consultado por las críticas de migrantes haitianos que han acusado discriminación en las medidas, Raymond respondió que si bien "todos tienen el derecho de opinar", la embajada no puede comentar la decisión del Gobierno de Chile.
Mientras, el director del Departamento de Extranjería y Migración (DEM), Álvaro Bellolio, afirmó que Haití no es el único país al que se le pide visa consular, pues hay otros 140 en la misma condición. Y precisó que los ciudadanos isleños tienen cuatro opciones para viajar a Chile: la visa de turismo, la de oportunidades (para buscar empleo), la de orientación internacional y la humanitaria (para reunirse con sus familias). El objetivo, enfatizó, es que sinceren sus motivaciones para viajar.
De acuerdo con datos de Jefatura de Extranjería de la PDI, los haitianos tienen una de las menores tasas de retorno entre los viajeros internacionales que llegan a Chile. En 2017 arribaron 113.925 y solo regresaron 5.366 (4,7%). Los venezolanos, por ejemplo, sumaron 177.348 llegadas y 61.385 salidas (34,6%).
Según organizaciones promigrantes, la visa consular incentiva las redes de tráfico de personas, como sucedió con República Dominicana, que la tiene desde 2012. Dicen que en cuatro años los ingresos por pasos no habilitados subieron un 4.550%.
"Vamos a seguir siendo un país acogedor, pero en forma regulada y ordenada".
PRESIDENTE SEBASTIÁN PIÑERA
En "Bienvenidos", de Canal 13
"Rechazamos profundamente la mirada utilitarista y economicista que manifiesta el Estado en relación con la migración".
ORGANIZACIONES PROMIGRANTES
Declaración Pública
Refuerzo de consulados y apoyo internacional
El canciller Roberto Ampuero confirmó ayer que los consulados de Chile en Haití y Venezuela ya fueron reforzados para atender a quienes lleguen a solicitar las nuevas visas, y que ese trabajo será apoyado por la Organización Internacional de Migración, ligada a Naciones Unidas. A diferencia de Venezuela (hay consulados en Caracas y Puerto Ordaz, donde laboran 10 funcionarios), la misión chilena en Haití es reducida. Además del embajador Patricio Utreras, hay un cónsul y tres funcionarios. Por ello, precisó Ampuero, ya se contrató a dos haitianos que hablan español para agilizar el proceso. Álvaro Bellolio, jefe del DEM, añadió que se dará prioridad a los canales digitales para que los interesados reserven hora y "suban" sus documentos, lo que debería evitar que se formen largas filas.