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Cartas
Jueves 22 de marzo de 2018
Una sorpresa de la historia
Señor Director:
El gobernante de Bolivia carece de criterio. Ha declarado que Antofagasta fue boliviana y volverá a serlo, confunde de esa manera los hechos históricos y desconoce lo que ha sido el pasado de su país.
En 1810, por disposición de la Corona, el país del Altiplano carecía de costa y fue necesaria la voluntad de Bolívar y Sucre, para dotar de litoral a la Bolivia que fundaron. Para ese efecto hicieron reconocer el territorio junto al Pacífico y se formó la caleta de Cobija, "más con bulla que provecho" en palabras de Sucre. El lugar se situaba unos cien kilómetros al norte de Antofagasta.
El litoral señalado a Bolivia no prosperó y pasó a depender de Valparaíso en su pobre existencia. Chilenos de condición modesta comenzaron a poblar el litoral. En 1838, Andrés de Santa Cruz, que llegó a ser gobernante de su país, se trasladó con 60 chilenos para dar algún impulso a los trabajos junto al mar.
Con el tiempo, muchos emigrantes chilenos llegaron a Antofagasta, pueblo y territorio, y dinamizaron la actividad minera: se inició en grande la explotación del salitre y de la plata en Caracoles.
Una empresa chilena, la Compañía de Salitres de Antofagasta, dio vida a la región: fue la gran explotadora del nitrato, formó el puerto, construyó un ferrocarril hacia el interior, levantó talleres y estimuló el desarrollo local. En 1878, los chilenos formaban el 77% de la población y se reconocía que su trabajo era el que daba vida a la región. Un boliviano ilustre, Mariano Baptista, que fue Presidente de su país, tenía una óptima opinión del esfuerzo de los chilenos "formados al calor de las asociaciones, habituados al impulso único y común", y agregaba: "Nuestra salvación está en buscar el interés bien entendido de Chile, o digámoslo por medio de él, en dejarle tal situación que se halle cómodo en medio de nosotros y ame nuestra vida porque así le conviene. Demos facilidad a su trabajo, libertades a su derecho, porvenir a sus especulaciones, franquicias a sus capitales, seguridad a su industria".
El hecho que dejo anotado es solamente una de tantas sorpresas que depara la historia.
Sergio Villalobos R.