Señor Director:

Se ha hecho una costumbre denostar a Viña del Mar, la mejor ciudad para vivir de Chile, moda inaugurada hace más de un año por un columnista de ese diario que en carta a ese matutino repite argumentos, en su mayoría falsos, que viene empleando desde hace más de un año y que, por razones políticas, se ha habituado a denostar a la autoridad edilicia de Viña del Mar.

Es falso lo que afirma, entre otras cosas, que la mayoría de las calles de la Población Vergara de Viña del Mar estén inundadas de vendedores ambulantes. Esta actitud contrasta con el silencio que guarda sobre los graves problemas que vive la vecina comuna de Valparaíso, gestionada por autoridades afines a sus ideas políticas.

Lejos de ser una ciudad sucia o con basuras, Viña del Mar presenta un aspecto limpio y ordenado en sus plazas y avenidas, y sobre todo en su borde costero, que ha presentado en los últimos años un progreso notable jalonado con la apertura del muelle de la Población Vergara.

Son múltiples las obras de progreso que exhibe la ciudad. Hay tres hoteles de lujo en construcción, a lo que hay que agregar la reciente refacción del Palacio Rioja y la restauración del Palacio Vergara y del Teatro Municipal.

En fin, sería extenso referirse a las obras de desarrollo que ha llevado adelante una administración municipal que por esta buena gestión ha sido reelegida con gran mayoría por los viñamarinos en las pasadas elecciones.

Gonzalo Yuseff Sotomayor