Señor Director:

Todos los años por estas fechas surge nuevamente el debate sobre los textos escolares y el costo que supone para las familias chilenas que deben comprarlos. También aparece la autoridad presidencial de turno jactándose de entregar "gratis" dichos textos a las familias sujetas al sistema educativo estatal.

Sin embargo, dejando el tema de la calidad de lado, los textos entregados por el Estado no son gratis: la inversión en ellos, año a año, es multimillonaria. Y los contenidos adquiridos, año a año, son, en la gran mayoría de los casos y por razones obvias, los mismos.

Si el Estado quisiera impulsar una política de textos escolares realmente comprometida con la idea de educación pública, además de separar la licitación de los contenidos de la licitación de su impresión, debería adquirir los contenidos de una vez y traspasarlos a un fondo de documentación digital con acceso libre y licencias abiertas. Esto permitiría generar un archivo de materiales educacionales abierto al escrutinio público nacional e internacional, que se enriquecería con el tiempo. Dicho material constituiría, además, una alternativa siempre al alcance del sistema privado, lo que pondría presión competitiva sobre el mercado de los textos escolares vinculado a ese segmento.

Pablo Ortúzar Madrid
Investigador Instituto de Estudios de la Sociedad