Uno de los hitos más importantes en la escena de espumantes local es el ascenso de los brut, es decir, espumantes menos dulces (o más secos) donde el esfuerzo enológico es algo mayor, y la calidad, por lo general, también lo es. ¿Es que esto significa que los chilenos estamos preocupándonos de la calidad? Es posible, aunque más probable es que solo se trate de que estamos buscando menos calorías, un vino que no se riña tanto con la dieta.
De cualquier forma, el hecho concreto es que los consumidores están siendo expuestos a mejores espumantes, y con ello también va de la mano la posibilidad de que se exija más en el futuro y que también se experimente más. Y si de experiencias nuevas se trata, más allá del brut, los productores cada vez ofrecen más caminos. Nuevas cepas, nuevas zonas. Mucho de dónde elegir. Así es que, si les gustó ese espumante seco y quieren seguir buscando, aquí tienen las últimas tendencias burbujeantes en nuestro país.
EL AUGE DEL SUR:
Buscando zonas más frescas, donde obtener uvas de mejor acidez, los productores han ido hacia el sur. Y si bien hay algunos intentos por producir buenos espumantes con la variedad moscatel en el Valle de Itata (tradicionalmente destinada a vinos sin burbujas), la verdadera acción comienza en Biobío, Malleco y hasta en Osorno, donde Casa Silva y Los Castaños están produciendo burbujas radiantes en frescor. En espumantes, el sur es el futuro.
EL SOL DEL NORTE:
Si en el sur los problemas con las lluvias pueden hacer que la producción de espumantes no sea del todo cómoda, en el norte no existe ese problema. Además, están esos suelos de cal que tanto le gustan al chardonnay y que podrían ser la clave para que, en el futuro, Limarí sea una fuente importante de burbujas en el país. Por el momento, sabemos que la viña Tabalí espera debutar en el estilo con una importante casa de Champagne, mientras que Spumante del Limarí está demostrando que el sol nortino, unido a la influencia fresca del mar, da resultados muy sabrosos.
BURBUJAS DE PAÍS:
La cepa país sigue siendo rescatada, y ya no es novedad que importantes viñas chilenas la incluyan en sus catálogos. La vía de rescate a través de su conversión en espumante la inició Miguel Torres y ya varios han seguido el ejemplo de su exitoso Estelado, que por precio y calidad es casi imbatible. El país y sus frutas rojas radiantes tienen mucho que decir en el mundo de las burbujas.
MÁS QUE PINOT:
Aunque el pinot noir (y el pinot meunier) son las cepas tintas tradicionales para la fabricación de espumantes, sobre todo porque son las que se usan en Champagne, lo cierto es que se puede hacer espumante de cualquier uva. Con esa premisa es que un número creciente de productores se ha lanzado a romper esquemas y a hacer vinos con cabernet franc, syrah, malbec o cinsault. Y los resultados han sido muy buenos, sobre todo cuando se trata de rosados.