Esta película se inicia en la provincia vietnamita de Hau Nghia, en 1966, cuando la guerra está en plena escalada. Entre los soldados hay un hombre con una máquina de escribir: es Daniel Ellsberg (Matthew Rhys), que elabora informes para el Pentágono, bajo el mando de Robert McNamara (Bruce Greenwood), el secretario de Defensa que ha preparado un detallado estudio estadístico-político sobre el curso de la guerra a través de cuatro presidentes. Ese estudio es lo que más tarde será conocido como "los papeles del Pentágono", y Spielberg hace un alarde de síntesis al tomarse nueve minutos para contrastar algunos con lo que decían esos presidentes. Nueve minutos para 20 años de engaños.
En 1971, Ellsberg, un Assange
avant-la-lettre, entregó parte de las cuatro mil páginas a
The New York Times, que durante varios días sacudió al país con sus revelaciones. Su principal competidor,
The Washington Post, pasaba por un momento crítico: la empresa había quedado en manos de una mujer (Katherine Graham), en la que no confiaban sus gerentes ni sus abogados; y se preparaba para salir a la Bolsa, a recaudar los tres millones de dólares que necesitaba para crecer.
Recién aquí empieza la película. Graham (Meryl Streep), la dueña, debe entenderse con un editor (director, en la jerga local), Ben Bradlee (Tom Hanks), que es un fiero defensor de la independencia de la redacción. El problema de Graham es la confianza de los inversionistas; el de Bradlee, que está golpeado por su competidor y necesita reaccionar. Ambos dilemas tienen semblanzas contradictorias.
La ocasión para Bradlee se presenta cuando un tribunal ordena a
The New York Times cesar sus publicaciones hasta la celebración de una audiencia judicial que tratará los secretos del gobierno, la seguridad nacional y el derecho de los ciudadanos a saber la verdad. El lío clásico de la gran prensa, el que enamora a los estudiantes de periodismo, el que justifica a la prensa en democracia.
Es lo que está en la base de
Todos los hombres del Presidente y
En primera plana, y que parece seducir a Spielberg como un lejano episodio de su propia juventud. Un gran aire de nostalgia -la máquina de escribir, el papel, la agitada sala de redacción, la imprenta, muy cariñosamente filmadas- envuelve las secuencias más vibrantes, mientras que otras cosas importantes -como el alegato en la Corte Suprema- son despachadas con unas pocas frases. Incluso el rencoroso Richard Nixon no es más que una silueta en la Casa Blanca.
The Post es una historia de épica ciudadana que se esfuerza por combinar el rigor histórico con la velocidad narrativa y con dos líneas dramáticas cruzadas: el problema de la mujer en el mundo de los negocios y el de la ética del periodismo frente a la política. Agréguese Vietnam, McNamara, el movimiento hippie, Nixon. Quizá son demasiadas cuerdas para un solo trompo.
The PostDirección: Steven Spielberg.
Con: Meryl Streep, Tom Hanks, Bob Odenkirk, Bruce Greenwood, Matthew Rhys, Sarah Paulson, Alison Brie.
116 minutos.