Tercer y final segmento de las "50 sombras de Grey", esta película es lo que espera la fanaticada de la relación compleja y erotizada entre un millonario, Christian Grey (Jamie Dornan), con una vida secreta anclada en la dominación, y una ingenua chica, Anastasia Steele (Dakota Johnson), que finalmente cae rendida ante el aura de este galán atormentado y exitoso.
Este es un producto donde no caben las sutilezas ni la libertad creativa de un autor de cine, ni las grandes aspiraciones de un arte como lo puede ser el lenguaje cinematográfico. Lo que hay en "Cincuenta sombras liberadas" es la complacencia para la hinchada -como lo ha sido desde la primera parte- de los best sellers de E.L. James. Y el lente del alguna vez interesante artesano James Foley -director de un clásico de Al Pacino, "El precio de la ambición" (1992), película de cámara redondita- cede terreno a la manufactura de un efímero pop que, en algunos segmentos, puede ser incluso hasta involuntariamente autoparódico. Grey y Anastasia comienzan casándose en los primeros minutos de este final de la trilogía: dándose el "sí" entre los créditos mientras se intercalan imágenes de los protagonistas en su luna de miel entre París y Niza, y la única tensión que existe es que no hay tensión. El único núcleo dramático parece venir de dos débiles focos: él no quiere hijos, ay; ella, sí. Y que sigue al malo salido del sombrero, este villano Jack Hyde, que persigue a Anastasia por razones que son spoiler.
Sin crucificar el cine de entretención per se, lo que uno espera de un producto como este es que a su escala sea un buen "peso mosca" del cine. Un buen producto de entretención, sin salidas de madre (¿qué pasó con la barba de Grey que crece tan rápido? ¿o es un error de continuidad?) o actuaciones no tan lucidas (la entonación cansada de Dakota Johnson no ayuda) a la hora de contar bien una historia. Esta secuela cumple con su hinchada. Pero el resto que no sigue este fenómeno puede quizás quedar afuera de una química que es más que nada un espejismo de emociones que la experiencia real de chispas explotando en la pantalla.
"Fifty Shades Freed". Drama. EE.UU. 2018. 105 minutos. Mayores de 14.