Esta es una película "de fotógrafo", esto es, un trabajo altamente subordinado a las decisiones sobre iluminación, color, encuadre y duración de los planos. La dramaturgia (el texto y la disposición escénica) está muy visiblemente al servicio de la manera en que la cámara podrá intervenir en el desarrollo de la historia. Ejemplo: el departamento vidriado en el que todo está más o menos a la vista.
Esto es posible debido al encuentro de Woody Allen con Vittorio Storaro, quien ya le confirió su opulenta visualidad a Café Society. Storaro ha sido el director de fotografía favorito de Bertolucci, Samperi, Argento y, fuera de Italia, Saura y Ford Coppola. Es uno de esos fotógrafos que dejan una fuerte huella personal en las películas, como lo hicieron Greg Toland, Henri Alekan o Sven Nykvist.
El camaleónico Allen se ha adaptado para que Storaro pueda ofrecer una visión felliniana de Coney Island en los años 50, vibrante, explosiva y ligeramente monstruosa. Los colores luminosos e intensos que caracterizan a Storaro reimaginan la vida del principal balneario de Brooklyn en su época de gloria.
El narrador, Micky (Justin Timberlake), que oficia de salvavidas pero tiene ambiciones de dramaturgo, informa que aquí viven Humpty (Jim Belushi), operador de máquinas del parque, y su mujer, Ginny (Kate Winslet), camarera en un restorán. Hay que tener cuidado con lo que se le cree a este narrador, porque no es neutral. Al contrario, es una de las piezas centrales del drama.
La historia comienza cuando llega hasta esa casa la hija de Humpty, Carolina (Juno Temple), huyendo de su marido, un gángster que la persigue para silenciarla. Ella es el elemento desencadenante, pero el centro de gravedad está en Ginny, una mujer que frisa los 40, que quiso ser actriz y que ahora soporta una vida miserable, incongruente con los talentos y la belleza que ha tenido.
Esta es la segunda determinante de La rueda de la fortuna: Kate Winslet. El drama gira en torno a ella, pero además Allen y Storaro han creado varios monólogos y prolongadas escenas explosivas para que despliegue su extraordinaria plasticidad como actriz. Storaro orquesta un verdadero baile de luces que cambian acompañando el flujo emocional de Winslet y la sigue sin cortes en sus circunvoluciones angustiadas por esta casa que también ha sido diseñada para su personaje, para reflejar su soledad, su asfixia, su sentimiento de caída, su desesperación.
La gigantesca Ginny de Winslet -piénsese en Gena Rowlands, en Anna Magnani- es todo en La rueda de la fortuna: ella hace que todos los demás sujetos resulten menores, incapaces de entrar en ese mundo de frustraciones "más grande que la vida". De lo que resulta, al fin, la película de una inmensa actriz registrada por un gran fotógrafo.
Wonder Wheel
Dirección:
Woody Allen.
Con: Kate Winslet, Jim Belushi, Juno Temple, Justin Timberlake, Jack Gore, Max Casella, Tony Sirico.
101 minutos.