Ginny (Kate Winslet) está a punto de cumplir 40 años, trabaja de camarera y es infeliz con su esposo, Humpty (Jim Belushi), pero esa tarde camina por un parque, se siente enamorada de otro hombre y así revela un nombre artístico oculto en el pasado, porque su primera vocación y sueño fue el teatro: Virginia Delorian.
Un seudónimo para el escenario y el cartel, algo distinguido y fuera de lo común para el gran público. Algo como Alexandra del Lago o Blanche DuBois, las protagonistas de dos dramas de Tennessee Williams que se convirtieron en enormes películas: "Un tranvía llamado deseo" (1951) y "Dulce pájaro de juventud" (1962).
Esto es para decir que el personaje de Ginny es destructivo, lúcido, absorbente y único, gracias a una enorme actuación de Kate Winslet, que eclipsa e ilumina lo que está a su alrededor.
Algo subrayado en ella, aunque no sólo con ella, por la magnífica fotografía del italiano Vittorio Storaro -"Apocalipsis now" (1979) o "El último emperador" (1987)- con la misión de filmar el atardecer de una mujer con la misma intensidad de una puesta de sol. Es el tramo de los rayos finales, los más esplendorosos y luminosos, antes que caiga la oscuridad.
Esta es la película de Woody Allen del 2017 y solo es una comedia por el personaje del niño pirómano, que dará para algún chiste, pero tampoco es necesario, porque podría desaparecer y no ocurriría nada.
La otra marca de Allen es el narrador en off y a veces frente a la cámara, que cuenta la historia: Mickey (Justin Timberlake) ejerce de salvavidas en el verano, pero su
pretensión es la dramaturgia y la poesía. También este personaje, el salvavidas que narra la película, se hace poco relevante.
La película se abre con planos generales de la playa y el parque de diversiones sobre Coney Island en 1950, donde brilla un jardín de gente, con sus cuerpos, colores y destellos.
Humpty está a cargo del carrusel y su preocupación básica es la pesca y los amigos.
Ginny es camarera y vive una última oportunidad, quizás de huir, empezar de nuevo y hasta recuperar ese nombre fugaz de la mujer que pudo haber sido y no fue: Virginia Delorian.
Woody Allen, en esta película que clama por el encierro y el teatro, les rinde homenaje y pleitesía al drama y a los nombres sagrados de Tennessee Williams y Eugene O'Neill.
La historia se encierra a medida que transcurre, los parlamentos florecen y son dos los personajes que se enfrentan.
Después del atardecer se deja caer la noche y para eso están Humpty y Ginny.
Aparece el grito, el sudor y por supuesto que el alcohol, también el reproche, la frustración y la violencia.
Humpty es de menos luces y por eso lo tiene más fácil y simple. Ginny sabe que su futuro será brutal e insoportable.
Es la vertiente de "Crímenes y pecados" (1989) o "Match Point" (2005), por cierto no vuela tan alto y estorba el humor y el narrador en off, pero la nueva entrega de
Woody Allen no es liviana ni ligera ni agridulce.
"Wonder Wheel". EE.UU., 2017. Director: Woody Allen. Con: Kate Winslet, Jim Belushi, Justin Timberlake. 101 minutos. Mayores de 14.