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Editorial
Lunes 22 de enero de 2018
Davos ante la amenaza climática
Chile no está ajeno a este fenómeno. Aumento de temperaturas, lo que amenaza las cosechas; marejadas que destruyen el borde costero, afectando el turismo y el comercio; o los cada vez más frecuentes aluviones en zonas pobladas...
En la reciente presentación del Informe Global de Riesgos del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), cuyo contenido se elaboró a partir de encuestas realizadas a mil empresarios y expertos, se estableció que el mayor riesgo que enfrentará el mundo en los próximos cinco años serán los cambios meteorológicos extremos.
El estudio, que será analizado en la cumbre del WEF en Davos -entre el 23 y el 26 de enero-, indica que otros posibles peligros serán los desastres naturales, los ciberataques, el robo de datos, y el fracaso en la mitigación y adaptación al cambio climático.
El impacto de los cambios climáticos a gran escala registrados en los últimos años, así como sus consecuencias sociales y económicas, son temas que la comunidad internacional lleva varios años estudiando con seriedad y preocupación. Y acuerdos como el de París -del cual Estados Unidos se retiró el año pasado- o el informe del WEF dan cuenta de eso.
Porque más allá del grado de responsabilidad humana, lo cierto es que el cambio climático sí se está traduciendo en una variedad de fenómenos meteorológicos extremos que están afectando nuestras vidas.
Por ejemplo, una investigación realizada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos concluyó que las temperaturas seguirán subiendo y las sequías se volverán más frecuentes en los próximos 30 años en todo el mundo. Y una de sus consecuencias podría ser la desaparición del cacao para 2050, ya que solo crece en zonas con temperatura y humedad constantes durante el año.
Científicos de la Universidad de Berkeley ya están trabajando para modificar el ADN del cacao y así volverlo más resistente al calor. Sin embargo, lo cierto es que los más perjudicados con este cambio climático serán Ghana y Costa de Marfil, que producen la mitad de las exportaciones de cacao del mundo.
Si sus plantaciones se arruinan, habrá un desabastecimiento mundial de este producto, pero para estos dos países africanos será un golpe mortal a sus economías. Y casos similares, con productos aún más necesarios, podrían repetirse en otros puntos del planeta.
Chile no está ajeno a este fenómeno. Aumento de temperaturas, lo que amenaza las cosechas; marejadas que destruyen el borde costero, afectando el turismo y el comercio; o los cada vez más frecuentes aluviones en zonas pobladas, son algunos ejemplos recientes de lo que ya está ocurriendo en nuestro país.
En momentos críticos no basta con identificar las amenazas; lo que importa es tomar acciones. Y Chile, junto con otros actores clave de la región, podría ayudar impulsando planes de acción de corto y mediano plazo para enfrentar este peligro que afecta a cada individuo de este planeta.
Chile no está ajeno al fenómeno de aumento de temperaturas, marejadas que destruyen el borde costero, o aluviones en zonas pobladas.