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Domingo 21 de enero de 2018
Shackleton regresa a Chile
24 de enero de 1918
"Tengo especial simpatía y reconocimiento por este país, en donde con tan buenos amigos cuento y no olvido cuanto debo a su gloriosa Marina". Con estas palabras comenzó la entrevista que concedió el explorador inglés, de 44 años, a "El Mercurio", el 24 de enero de 1918, la que se realizó en el Hotel Savoy de Santiago. "Su personalidad, de todos conocida -continuaba el texto-, protagonizó una aventura épica hace más de dos años, al haber sobrevivido en los hielos antárticos que lo aprisionaron a él y a sus compañeros, luego del colapso de su expedición".
Con la Primera Guerra Mundial en pleno desarrollo, se informaba sobre la expectación que existía acerca de los reales objetivos de su visita. "Ha trascendido que Ernest Shackleton viene a investigar la capacidad productora de las naciones americanas a fin de tenerlas presentes en las medidas económicas que adoptarán los aliados, además de gestiones comerciales y propagandísticas. Otros apuestan a que dará conferencias de carácter científico y de sus viajes", se leía.
Lo cierto es que él mismo se encargó de aclarar las dudas: "Estoy sirviendo a Inglaterra en una misión confidencial, de la cual no puedo explayarme". Inquirido sobre si esta se trataba de carácter político, militar o financiero, dijo: "Pueden preguntar, pero no hay respuesta".
Pese a la insistencia del corresponsal, optó por graduar sus declaraciones hacia el desarrollo del conflicto europeo. "En Inglaterra no hay hambre. Los submarinos alemanes han fracasado en su intento de aislarnos de nuestras fuentes de aprovisionamiento. Mi país seguirá peleando. Cada semana entran a puertos británicos más de dos mil buques y salen otros tantos, y de ese número, resultan atacados cinco o seis vapores de más de 1.600 toneladas".
Respecto de la situación en tierra, Shackleton sostenía que la consigna era mantenerse firme desde el Marne. "De allí no pasarán. Y en muchos puntos del frente anglo-francés, nuestros cañones forman filas apretadas. Pronto, los estadounidenses aportarán medio millón de soldados, lo que incidirá en superioridad de artillería, recursos y aeroplanos". También, rindió homenajes: "Por sobre todo, rescato la determinación absoluta de apoyo del pueblo inglés, en especial, el de sus mujeres y madres, quienes están asumiendo las labores del hombre detrás de la línea de fuego y están a nuestro lado hasta el último momento. Ellas serían el primer enemigo de una paz prematura; no querrían haber sacrificado a sus hijos y maridos en vano (...)".
Se despidió anunciando sus próximos destinos: "Ahora me voy a Buenos Aires. Volveré pronto a Chile y, después de esta guerra, regresaré a la Guerra Blanca, por allá, hacia el Polo Sur".