En 1972, el Club de Roma publicó "Los límites del crecimiento" y los de mi generación nos paralizamos: el aumento de la población mundial traería la catástrofe. Curioso, porque ya se expandían el maíz híbrido, los métodos anticonceptivos, nuevas terapias médicas...
Ayer, en el Congreso Futuro sonaron otra vez las alarmas. El cambio climático, la agricultura industrial, los glaciares que desaparecen, las desigualdades horrorosas...
En el siguiente panel vinieron datos. (Ambos paneles, representados en esta página). Me impresionaron los de Yadvinder Mahli, de la ciencia de ecosistemas de la Universidad de Oxford y los de Mary Kalin, nuestra bioecóloga, botánica, Premio Nacional de Ciencias.
La mirada se instaló en el marco de los 17 objetivos para el desarrollo sustentable de las Naciones Unidas. Un sentido de "¡tú puedes!" reemplazando la desolación instalada por los oradores anteriores.
Janet Jansson, del Departamento de Energía de los EE.UU., terminó su exposición citando al Papa Francisco: tenemos el planeta en préstamo de las generaciones futuras.
El Dr. Mahli habló del bendito ecosistema de Chile, pero pintó los peligros en un planeta que es pequeño mientras nosotros somos grandes. Esperanzado, confía que, tal como ya superamos malos augurios, surja un metabolismo social que reaccione ante procesos que ya no son viables. Que agregue consensos para vivir en un mundo finito.
La Dra. Kalin pidió analizar los temas en forma ecológica, no segmentada; solicitó más recolección de datos, más mirada de largo plazo. Habló de cómo el cambio climático aumenta los bosques en el Caribe, pero disminuye los del Norteamérica.
Los primeros oradores, ayer, enfatizaron las amenazas, la maldad de las empresas de alimentos, la necesidad de agruparse para protestar; sacaron aplausos.
Los del segundo panel, entregando datos de los peligros, marcaron un futuro abierto, donde hay más para conocer y actuar.
¡Qué ansiedad me producen las brechas entre ambos grupos!
¿Cómo avanzar más allá del dualismo? (Tal como preguntó la socióloga Dra. Cecilia Montero en una charla anterior). Nosotros, dijo ella, que vivimos naciendo y muriendo permanentemente. "¿Qué es lo que se acaba, que tensa y que cuesta dejar atrás?".
Nos hace mal la polarización, del dividir para conocer, hay que des-analizar el mundo, dijo. El mundo de lo fraccionado nos está enfermando. Hay un anhelo por sentido, un clamor por participar; la búsqueda de un propósito, de una convicción compartida.
"Cuando se acalla el ruido mental surge la vivencia del ser. Recordar, volver a pasar por el corazón. La mente crea el abismo, el corazón lo cruza".
Benditos los puentes.