Señor Director:

"Me llama la atención la falta de entusiasmo con la visita del Papa" fue la reflexión de un vaticanista el día de ayer, haciendo referencia a las multitudes que lo han acompañado, comparándolo con lo sucedido en otros países latinoamericanos, como Colombia y Brasil.

¿Es posible medir el impacto de su visita a través del número de personas que asisten a su paso para sacar una foto, esperar un "gesto" (una palabra, caricia o bendición), darle un regalo y, si es posible, tomarse una selfie con él?

Desde un punto de vista simbólico y real, en parte, sí. Pero es la palabra que genera reflexión crítica, sentido y motivación para la acción el verdadero indicador. El Papa es un portador de sentido e identidad cristiana y un educador de humanidades. Predica sobre el valor del amor, el perdón, la esperanza, la justicia y la acción para generar cambios, acercándonos a una filosofía de la proximidad, del valor de la debilidad, la fragilidad y la dignidad del otro (el "descartado") en su diferencia radical, y la importancia de hacer comunidad en paz.

Cita al cardenal Silva Henríquez, San Alberto Hurtado y a Violeta Parra, entre otros.

Ha conspirado en disolver este mensaje la imagen más bien de un Jefe de Estado, dada por el formato exagerado de la estructura de seguridad y organizadora (mucha jerarquía), la presentación de su persona desde la cultura del espectáculo, la falta de un encuentro con los verdaderos pobres, con los "curas y monjas de población" y, algo que es lo que más aprecia, con la "piedad popular", religión del pueblo -como en su visita a Iquique-.

Capítulo aparte ha sido la presencia permanente de "la escritura del desastre que arruina todo y lo deja todo tal cual" en la que han insistido muchos y muchas, sin que sea necesario mencionar a qué me refiero.

Por último, cito dos frases de los fieles y dos de él que sí generan motivación, sentido y entusiasmo: "Llegué al límite del amor" (niñita de nueve años); "en Chile se encarcela la pobreza" (hermana Nelly); "Pido perdón..." y ¿"Qué haría Cristo en mi lugar"? (el Papa).

Sergio Canals Lambarri