Señor Director:

Recientemente, el Gobierno ha anunciado que entregará nuevos recursos basales a los planteles universitarios privados pertenecientes al G9, de manera de propiciar que no queden en desventaja respecto de las entidades estatales, que ya tienen comprometidos recursos por diez años en el Plan de Fortalecimiento de las Universidades Estatales.

Si bien nos parece adecuada esta decisión, nos preocupa el olvido del sector técnico-profesional en esta reforma. Esta es una ley para toda la educación superior, y no es exclusiva del sector universitario, algo que el Gobierno y algunos parlamentarios parecen haber olvidado.

Dado que estos nuevos recursos buscan asegurar una mejoría sustantiva en el sistema de educación superior chileno atendiendo a las nuevas demandas de calidad y equidad, no entendemos que una vez más se obvie a la educación superior técnico-profesional.

Resulta incomprensible que para nuestras instituciones no se consideren fondos basales para el desarrollo de las nuevas áreas de acreditación que figuran en el proyecto de reforma a la educación, como son la vinculación con el medio, ahora obligatoria, o la innovación en el sector técnico-profesional, establecida como requisito para la acreditación de excelencia.

Bajo el nuevo esquema definido en la reforma, omitir un mecanismo de financiamiento especial implicaría que si un Instituto Profesional o un Centro de Formación Técnica desea avanzar en niveles o áreas de acreditación, deberá sacrificar calidad de la docencia, lo cual tendrá un efecto perverso en nuestras instituciones, cuya principal misión es la función educativa.

Esperamos que los costos de esta tramitación contrarreloj no recaigan sobre la calidad de formación de los estudiantes técnico-profesionales.

Juan Pablo Guzmán
Presidente de Vertebral