El Mercurio.com - Blogs : Es posible mejorar nuestro sistema de admisión
Cartas
Sábado 30 de diciembre de 2017
Es posible mejorar nuestro sistema de admisión
El pasado 26 de diciembre, aproximadamente 290 mil personas recibieron los resultados de la PSU. Muchos quedaron descontentos, y no por un mal resultado atribuible a su responsabilidad personal, sino por una evaluación que adolece de serias falencias que se pueden mejorar. El actual Sistema Único de Admisión (SUA) no logra dimensionar adecuadamente las capacidades de los estudiantes, y las universidades pierden la oportunidad de afinar mejor la predicción respecto del rendimiento académico de quienes ingresan a sus aulas.
El SUA presenta particularidades respecto de la experiencia comparada. Contamos con un sistema de selección complejo y masivo, que es fruto de una historia que se ha construido progresivamente en el tiempo al alero de la Universidad de Chile. En la década de 1960, la Prueba de Aptitud Académica (PAA) reemplazó al Bachillerato para responder a la incipiente masificación de los interesados en ingresar a la educación terciaria. Luego, la PAA fue reemplazada por la PSU, todo lo cual da cuenta de un sistema -pionero en Latinoamérica- que ha cumplido su cometido en distintas etapas y ha ido cambiando conforme se ha ampliado el acceso a la educación superior. Sin embargo, aunque la PSU evalúa a los estudiantes por su rendimiento académico y no por otros motivos que podrían ser considerados discriminatorios o arbitrarios, es claro que sus resultados reflejan las inequidades en la calidad de la formación escolar de quienes la rinden.
Junto con reconocer la necesidad de mejorar la calidad de la educación escolar, en el actual debate sobre el futuro de la educación superior se extraña un análisis profundo sobre la evolución que debe tener el SUA. Llama especialmente la atención la falta de respuestas a cuestionamientos serios y de fondo a la PSU, como fueron los diagnósticos de las auditorías internacionales realizadas por Pearson Education en 2013 y por Educational Testing Service en 2004. Ambas evaluaciones revelaron que nuestro instrumento de selección no satisface plenamente los estándares internacionales. Queda así en evidencia la inercia de una institucionalidad que ya no reacciona oportunamente y que pierde de vista la mirada de largo plazo.
Chile debería avanzar hacia una institucionalidad que acoja la diversidad de los estudiantes, aprovechando la larga experiencia aprendida y las buenas prácticas de la experiencia de países con mayor desarrollo educativo. En otros modelos se usan distintos instrumentos, algunos de los cuales evalúan las capacidades cognitivas y otros apuntan a medir otras habilidades más allá de las puramente curriculares. De esta manera, aumentan las opciones de incluir a un estudiantado más diverso en las universidades más selectivas.
En otros países, la administración de estos sistemas y las decisiones sobre su desarrollo están en manos de instituciones especializadas, donde se observa una separación entre el diseño de los instrumentos y la elaboración e implementación de los mismos. La razón que justifica esto es relativamente simple: dado que la definición de preguntas, la mantención de bancos de reactivos y la realización de pilotajes y análisis tienen un alto costo, si el proceso está en una sola institución -como en Chile- no existen los incentivos para desarrollar estas tareas con mayores exigencias. Se requiere una entidad independiente que asegure el adecuado funcionamiento de los procesos y que, en forma transparente y oportuna, dé cuenta de su labor a la sociedad.
Los estudios superiores son un mecanismo muy eficaz de movilidad social, que brinda grandes oportunidades de desarrollo a las personas y sus familias. Podemos mejorar sustancialmente nuestro sistema de admisión en un plazo razonable. Tenemos las capacidades y conocemos las claves para avanzar; solo faltan los acuerdos. Necesitamos actuar con celeridad para lograr que quienes quieren acceder a la educación superior experimenten que sus aptitudes y esfuerzos han sido adecuadamente considerados. Así serán muchos menos los que queden descontentos con los resultados.
José Antonio Guzmán
Rector Universidad de los Andes