El Mercurio.com - Blogs : Pedidos al Viejo Pascuero
El Mercurio en el tiempo
Domingo 17 de diciembre de 2017
Pedidos al Viejo Pascuero
diciembre de 1967
Veredas atestadas de público. Comercio callejero. Personas acaloradísimas cargando bolsas. Las escenas que se veían en el Santiago de diciembre de 1967 no distan mucho del panorama actual. El estrés por realizar las tradicionales compras navideñas era el mismo.
"Es increíble el bullicio de las calles céntricas, congestionadas y sofocadas a días de la Pascua (...). Todos han esperado los aguinaldos o gratificaciones para hacer las compras", se comentaba en "El Mercurio".
Como siempre, los regalos más demandados eran los infantiles: "Las bicicletas entre los varones y las muñecas entre las niñas, marcan las preferencias de este año", señalaban los vendedores.
Se agregaba que si bien en 1966 los héroes, como Batman y Daniel Boone, lideraban los pedidos, "este año están de capa caída".
Algunos juguetes que se veían, por ejemplo, en los puestos de las aceras de avenida Providencia eran los camiones y autitos. Asimismo, se leía que un "buen síntoma" esta temporada era la poca demanda de pistolas y armas bélicas (¿reflejo del llamado a la paz por Vietnam?).
Algunos niños, en tanto, también fueron entrevistados, enfatizando que esperaban que su carta al Viejito Pascuero tuviera una buena acogida, ya que se habían sacado buenas notas. Una pequeña de 12 años, por su parte, aclaraba que ya no estaba para jugar a las muñecas y por eso había pedido una guitarra (con clases incluidas).
Otros regalos que se publicitaban eran los trenes eléctricos importados, que "harán felices a los niños y ¡también al papá!". Además de unos rodados a pedales llamados "Jet-Car". Por otro lado, se leía que "curiosas actividades puede captar la cámara fotográfica en estos días con solo hacer un corto recorrido por las tiendas".
"Durante ciertos momentos, por más que haya problemas, una atmósfera de ilusión casi mágica nos rodea. El encanto puede surgir al mirar una vitrina, al oír a un Viejito Pascuero relatando sobre el país de los juguetes o al elegir una tarjeta adornada con pinos y trineos. Algunos pequeños escuchan embelesados la historia de cómo recibe Santa Claus sus cartas y cómo en su lejano taller se empiezan a trabajar los regalos, que silenciosamente bajarán por la chimenea o se colocarán junto a sus lechos en Nochebuena", concluía una nota.