Las próximas dos semanas serán temporada de "ofrendas" de los recién electos candidatos para ganar el apoyo de partidos y movimientos. Al igual que el "Black Friday", aquel tiene letra chica: los descuentos y ofertas solo aplican para los conglomerados. Los ciudadanos -sus intereses reales- quedan fuera.
Si tuviéramos la posibilidad de hacer nuestra "lista de productos destacados" para esta fiebre de liquidaciones, la Fundación Carlos Vial Espantoso pondría en primer lugar al empleo. Hasta el momento, solo se escuchan cantidades deseadas de nuevos puestos de trabajo, pero no se avanza a empleos de calidad.
El concepto de empleos de calidad va mucho más allá. Se trata de trabajos cuya compensación -no solo económica- sea realmente buena, que otorgue niveles mínimos de seguridad y certidumbre, donde exista valoración por la labor que se desarrolla y donde se equilibren los horarios de trabajo con las horas de traslados y el tiempo para la familia.
En definitiva, hablamos de poner a los trabajadores en el centro del modelo de negocio. Mirar al trabajador en su integralidad, no como un commodity . Una mirada que cada empresa puede desarrollar, pero que el Estado puede propiciar a nivel general impulsando políticas que fomenten la construcción de prácticas laborales que incrementen el bienestar de los trabajadores, junto con el crecimiento económico.
No es solo asegurar un puesto de trabajo a los chilenos -idealmente para mujeres y jóvenes, que son grupos vulnerables en esta materia-, es también elevar el estándar de quienes ya lo tienen, dándoles más posibilidades para su desarrollo. Para ello es vital salir de la simple capacitación y saltar hacia la formación no solo de los trabajadores, sino también de los dirigentes sindicales, jefaturas intermedias, ejecutivos y gerentes de las compañías.
En nuestras casi dos décadas de trabajo, hemos sido testigos de que las empresas con exigentes niveles de formación son más transversales, tienen relaciones colaborativas, menor rotación, cultura en seguridad y se convierten en sustentables en todos los ámbitos de la organización. Y no se trata solo de apoyar al trabajador, sino también a las empresas con políticas para que extraigan todo su potencial. Después de todo, son ellas el motor de desarrollo que tiene Chile. Empresas sanas, país sano.
Elevar el estándar es ir a lo profundo de las relaciones laborales. Y Chile hoy requiere más de ello que de medidas superficiales, populistas o manejadas por y con calculadora política en mano. Es entender que en materia laboral todo gasto es una inversión igual de importante que la salud o la educación, y que tiene réditos a corto, mediano y largo plazo, siempre y cuando se haga bien.
Por eso es tan importante que el trabajo de poner foco en mejorar la calidad del empleo en Chile lo desarrolle alguien con visión de estadista. Ni más ni menos. La labor y la mirada rectora no es para cualquiera. No es para simples entusiastas del poder.
María Isabel VialPdta. Ejecutiva Fundación Carlos Vial Espantoso