Nicolás García y José Tomás Tenorio

Argentina lanzó anoche el estado de "búsqueda y rescate" para tratar de localizar al ARA "San Juan", un submarino que llevaba 44 tripulantes a bordo con el que se perdió contacto el miércoles cuando navegaba en la zona del golfo San Jorge, pero del que solo ayer que se informó públicamente.

Previamente, el almirante Gabriel González, comandante del Área Naval Atlántica y jefe de la Base Naval Mar del Plata -a donde se dirigía la nave- solo se había referido a una "pérdida de comunicación".

"Este cambio no suma dramatismo ni mucho menos, sino que amplía la búsqueda", precisó el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.

El Ministerio de Defensa informó que el último contacto con el "San Juan" -que llevaba 7 tripulantes más que la capacidad diseñada- fue el miércoles y su última posición conocida fue en el golfo San Jorge, a 432 km de la costa, y unos 1.300 km al sur de Buenos Aires.

Las causas de las fallas en la comunicación siguen siendo un misterio. Al principio se especuló que se habría debido a un incendio en el banco de baterías. Las autoridades no confirmaron la versión, pero reconocieron que sería un problema eléctrico.

El almirante González aclaró que se ha patrullado "entre un 15% y un 20% del área" y descartó que, como se especulaba, la nave no haya estado en óptimas condiciones o que el clima le haya impedido navegar.

"Hasta el momento no se activó la radiobaliza", dijo Balbi, sobre el dispositivo de emergencia con el que cuenta la embarcación, y agregó que los tripulantes tienen suficiente oxígeno, agua, comida y combustible para sobrevivir varios días. "No es que esté perdido, porque para estar perdido hay que buscarlo y no encontrarlo", puntualizó.

Estas declaraciones públicas fueron la única información que recibieron los familiares de los 44 tripulantes, que desde temprano llegaron a la base de Mar del Plata para exigir respuestas sobre el paradero de sus seres queridos. "Nadie informa nada", dijo Cristina Gallardo, hermana de Javier, uno de ellos, a Radio Brisa. En tanto, Claudio Rodríguez, hermano de uno de los maquinistas del submarino, afirmó estar muy preocupado.

"Nunca hubo un despliegue tan grande, y eso es lo que nos preocupa. Mi hermano estaba muy contento por las reparaciones que le habían hecho a la nave y yo hablé el domingo con él, pero no me comentó que tuvieran problemas", dijo al canal TN.

En el "San Juan" también se encontraba la primera mujer submarinista de Argentina, Eliana María Krawczyk. "Es un momento dramático", dijo su padre a radio La Red.

En servicio desde 1985, el "San Juan" -de propulsión diésel-eléctrico- fue sometido entre 2007 y 2014 a una "reparación de media vida", una obra que, se supone, le "extendería la vida" por 30 años. "Es común que en las armadas operen submarinos incluso más antiguos, pero exige un buen mantenimiento, hecho cuando corresponde y no postergado como en Argentina", explicó a "El Mercurio" José Higuera, analista y corresponsal para América del Sur del Grupo IHS-Jane's, quien recuerda que la flota naval argentina "está obsoleta y con operatividad limitada".

Al tratarse de un submarino no nuclear, no puede permanecer largos tiempos bajo el agua. Expertos aseguran que este tipo de naves, en condiciones óptimas, pueden permanecer sumergidos hasta siete días e incluso un poco más si la tripulación cuenta con dispositivos que absorban el CO {-2} o generadores de oxígeno.

Ante las dificultades para hallar la nave, la Cancillería chilena confirmó que enviaría ayuda y ayer mismo partió el C-295 de la Armada (observación). También se espera que EE.UU. y Reino Unido asistan en la búsqueda, dijo la Cancillería argentina.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, llegó ayer a Mar del Plata, donde se instalará para seguir las acciones de búsqueda del submarino. En la zona estará también el Presidente Mauricio Macri, quien ya tenía previsto pasar el fin de semana en Chapadmalal (a 23 km de Mar del Plata).

Modernización

La desaparición revivió el debate sobre la modernización de las FF.AA. argentinas, que fue dejada de lado por años. Con los gobiernos kirchneristas el presupuesto militar llegó a mínimos históricos, rondando el 1% del PIB.

La situación fue especialmente precaria durante la administración de Cristina Fernández (2007-2015), en la que las FF.AA debieron priorizar salarios, pensiones y costos operativos por sobre el mantenimiento y adquisición de nuevos equipos.

Como consecuencia, los destructores, fragatas, corbetas y submarinos que debían recibir a una modernización de sus sistemas de combate, no lo tuvieron y tampoco fueron sometidos a los períodos de mantenimiento regulares que necesitan para operar correctamente.

Este dista mucho de ser un problema solo de la Armada. La Fuerza Aérea, por ejemplo, ha visto cómo su componente de combate quedó reducido a no más de diez cazabombarderos A-4AR ("Fightinghawk", una versión modernizada de una nave diseñada para los Marines de EE.UU. en la década de los 50) tras el retiro de todos sus Mirage en 2015.

El Ejército es la rama que está en mejores condiciones relativas, con material antiguo pero bien mantenido. En gran parte, esto se debe al menor costo de cuidar y modernizar el material terrestre.

Con la llegada de Macri al poder en 2015 se intentó impulsar un masivo plan de recuperación de la capacidad militar del país. En diciembre de 2016 se anunció una inversión de US$ 2.500 millones entre 2018 y 2019, y la semana pasada se informó que el país recibiría pronto cinco aviones franceses Super Étendard.

"Macri ha producido algunas mejoras en el suministro de recursos para las FF.AA., pero más bien marginales en lugar de substanciales. La situación de las FF.AA. sigue siendo complicada", dijo Higuera, quien recordó que gran parte de las inversiones prometidas no se han concretado.

EL FATASMA DEL KURSK

Los medios recordaban ayer la historia del Kursk, el submarino nuclear ruso que se hundió con sus 118 tripulantes en 2000 tras dos estallidos en su interior.