Mañana, los chilenos hemos sido convocados a elegir Presidente de la República, parlamentarios y consejeros regionales. Sin embargo, la participación electoral no es la misma en todos los territorios del país. He decidido para esta columna mostrar la realidad de dos comunas del Gran Santiago, en donde todos los estudios conocidos sobre ingresos y calidad de vida las colocan en los "polos opuestos de la realidad". Me refiero a la comuna de Vitacura y a la comuna de Lo Espejo, en el sector sur de Santiago.
En Vitacura, la población es de 88.548 personas y en Lo Espejo es de 120.145 personas. Los ingresos municipales en Vitacura son de 72 mil millones de pesos y en Lo Espejo, 14 mil millones de pesos. En materia de educación, el porcentaje de alumnos en Vitacura sobre 450 puntos en la PSU de la educación municipal es del 86,75%; en Lo Espejo, el mismo indicador es de 17,36%; en Vitacura el porcentaje igual o superior a 450 en la PSU de la educación particular subvencionada es de 96,04 %, en Lo Espejo es de 61.03%. En Vitacura, de su ingreso total como municipalidad recibe un aporte del fondo común municipal, con respecto a su ingreso, del 1,62%, en Lo Espejo este mismo indicador es de 64,54%, y finalmente en este cuadro comparativo, y de acuerdo a la Casen, la población bajo la línea de la pobreza en Vitacura es del 0,29% y en Lo Espejo es del 7%. Cabe agregar que otros estudios que consideran los ingresos de las personas en las respectivas comunas sitúan a Vitacura con alrededor de US$ 60.000 per cápita y a Lo Espejo, con alrededor de US$ 3.000. Haciendo una comparación geográfica y transitando por la circunvalación Américo Vespucio, en alrededor de 25 minutos uno recorre desde el norte de Europa al centro de África. Todo lo anterior expresa la indecencia de la desigualdad territorial en Chile.
Pero los ciudadanos de ambas comunas votan, pero en forma muy diferente y también participan en volúmenes diferentes. Veremos dos ejemplos. En la última elección presidencial del 2013, en la segunda vuelta, en Vitacura participó el 60% del padrón y en Lo Espejo, solo el 40%, pero los resultados fueron diametralmente diferentes. En Vitacura, Bachelet alcanzó el 18,33% de los votos y en Lo Espejo, el 75,52%; la candidata de la derecha, Evelyn Matthei, alcanzó el 81,67% en Vitacura y en Lo Espejo solo el 24,48%. Asimismo, en la última elección municipal de hace 13 meses, la participación en Vitacura fue del 45% y en Lo Espejo, solo del 24%. En Vitacura, la votación de la derecha fue del 94% y en Lo Espejo, solo del 9%; por otra parte, la votación de la centroizquierda fue del 6% en Vitacura y del 91% en Lo Espejo. Los datos anteriores nos demuestran dos grandes errores cometidos por las fuerzas de centroizquierda. El primero es el voto voluntario: está claro que en el Chile de hoy, mientras la masa electoral de la derecha en sus territorios se moviliza y se activa políticamente, en los territorios cuya tradición está en el voto de la centroizquierda cunde la despolitización y, en consecuencia, la baja participación. El segundo gran error es de los partidos del centro y la izquierda al haber abandonado parcialmente la lucha por la politización, la explicación pedagógica e ideológica sobre la realidad y la desconexión con la base ciudadana que tradicionalmente la respaldó. La autocrítica es imprescindible.
Las fuerzas progresistas expresarán a la mayoría que quiere un país más justo solo a partir de la reinserción en la base social, la movilización y la politización de la sociedad. Por otra parte, tenemos que hacer con estos datos una autocrítica como gobierno. No hemos sabido conectar y vincular las reformas de Bachelet con el mejoramiento objetivo de la calidad de vida en los sectores populares ¿Cuántas familias de Lo Espejo dejaron de pagar el copago obligatorio en la educación particular subvencionada, aliviándole esta carga el Estado financiando su reemplazo? ¿Cuántas familias de Lo Espejo tienen a sus hijos en centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades que estudian con gratuidad? ¿Cuántas familias de Lo Espejo acceden a la nueva infraestructura hospitalaria y de centros de salud comunitaria? ¿Cuántas familias de Lo Espejo han logrado incorporar a sus hijos a la educación preescolar en salas cuna y jardines infantiles? ¿Cuántos trabajadores de Lo Espejo en sus empleos han visto fortalecido su poder de negociación en cuanto a su remuneración y sus condiciones de trabajo en las empresas en que laboran? ¿Cuántas familias de Lo Espejo, particularmente sus mujeres, no tendrán que hacerse un aborto clandestino, haciendo peligrar sus vidas? Las preguntas son infinitas. Para lo que viene, ganemos o perdamos mañana, la tarea de las fuerzas progresistas es de una gran envergadura.