Estamos fritos. Una invasión con alto riesgo de apocalipsis amenaza al planeta, encabezada por un gigantesco villano genérico de casco con cuernos, que busca encontrar las cuatro "cajas de poder" capaces de convocar el mayor poder del universo. Larga historia. Pero la amenaza es la excusa perfecta para que Batman (Ben Affleck) reclute a los más grandes guerreros de la Tierra. Así, sin mucha ceremonia ni complejidad temática alguna, los icónicos héroes empiezan a prepararse para la gran batalla, siendo el principal atractivo justamente ver a tanto emblema junto. Con eso en cuenta, hay que decir que esta Liga cumple en todos los frentes, desde encontrar la química en el elenco hasta diseñar secuencias de acción dignas de tanto superpoder. Una película que se siente menos jugada que sus fallidas, pero interesantes antecesoras, y que cae en los vicios de mucho estreno masivo, como apurarse en contar la historia para no aburrir a nadie, o subrayar cualquier momento con un chiste oportuno (o ni tanto). Así y todo, la película es un deleite, con una Mujer Maravilla aún más espectacular que en su película en solitario, un Flash que se roba la película con humor y corazón, y un Aquaman que se comporta como rock star caprichoso. Con un retorno predecible pero aun así emocionante, el espectáculo está servido con reverencia y oficio. Un goce para todo aquel que les tenga cariño a los personajes, o que haya jugado al superhéroe cuando niño. O cuando grande, tampoco vamos a juzgar.
"Justice League". EE.UU., 2017. 121 minutos, todo espectador.