Rienzi Franco
Desde la declaración de candidaturas, el pasado 21 de agosto, hasta el 17 de octubre, los diputados han solicitado 134 permisos sin goce de dieta. Estas peticiones se traducen en ausencias a las sesiones amparadas en el artículo 42° del reglamento de la corporación. Al comparar las cifras con el mismo período en 2016, ese año este tipo de inasistencias solo fueron 22. Así, las ausencias por este concepto se sextuplicaron en relación al mismo lapso del año pasado.
Fue una modificación reglamentaria efectuada en 2016 la que permitió aumentar de 4 a 29 días de permiso sin goce de sueldo por año para cada parlamentario. El cambio fue aprobado por unanimidad de los comités parlamentarios, según consta en el registro del oficio número 418.
"Hecha la regla, parece que en este país se generan las fórmulas para eludirla. Hoy, la fórmula que se está usando, lamentablemente, por algunos colegas es preferir pagar por no asistir".
"Están utilizando eso, que es un derecho de cualquier trabajador, pero en este período eleccionario se ha intensificado de una manera notoria y preocupante".
Fidel Espinoza
Presidente de la Cámara de Diputados
Al revisar las estadísticas disponibles en el sitio en internet de la Cámara, se observa que son 56 de 120 (se exceptúa Rosauro Martínez por estar desaforado) los parlamentarios que han utilizado el permiso sin goce de dieta, siendo Gustavo Hasbún (UDI) el que más ha recurrido a él: 10 veces en total. El actual diputado por La Florida postula actualmente a senador por La Araucanía.
El explosivo aumento de inasistencias inquieta al presidente de la Cámara, Fidel Espinoza (PS). "Hemos subido los estándares en la Cámara. Antes usted se podía ausentar y no pasaba absolutamente nada y se ha establecido un sistema de sanciones para quienes sin justificaciones se ausenten de la Sala; pero hecha la regla parece que en este país se generan las fórmulas para eludirla. Hoy, la fórmula que se está usando, lamentablemente, por algunos colegas es preferir pagar por no asistir", confiesa el parlamentario, quien asegura que como mesa directiva están "atados de manos" para intentar revertir la situación.
Sesiones podrían fracasar
El mayor temor de Espinoza es que acercándose la fecha de la elección, el 19 de noviembre, las sesiones comiencen a fracasar por falta de quórum. Se requiere de a lo menos la presencia de 40 diputados para poder legislar. Junto a esa aprensión, Espinoza pone el acento en las sesiones de los días jueves. A su parecer son las que revisten mayor riesgo de no realizarse ante el actual escenario de campaña.
"No tengo ninguna posibilidad de negarme a un mecanismo que está en el nuevo reglamento, que establece que un parlamentario puede ausentarse por causas de fuerza mayor que tiene que justificar con razones de carácter médico u otro tipo de carácter familiar, o simplemente tiene que pedir el permiso respectivo sin goce de remuneración. Y están utilizando eso, que es un derecho de cualquier trabajador, pero en este período eleccionario se ha intensificado de una manera notoria y preocupante", relata con visible incomodidad.
Entre el 21 de agosto y el 19 de octubre hay 60 días de corrido y solo 26 de ellos son de labor legislativa, contando de lunes a jueves; sin embargo, las sesiones de Sala corresponden a los días martes, miércoles y jueves. Cada diputado recibe de dieta $6.657.000 (de libre disposición). Por cada día ausente sin goce de sueldo dejan de percibir $110.000 aproximadamente.
La fórmula consensuada para el presente año dista de lo ocurrido en 2013. Para esa elección de noviembre se acordó ampliar a cuatro las semanas de receso distrital previo a los comicios. En esa ocasión se habló de "sincerar los hechos", por parte del entonces presidente de la Cámara Edmundo Eluchans. Se intentó hacer lo mismo para 2017, sin embargo la idea no prosperó y se optó, en cambio, por el permiso sin goce de dieta.