Señor Director:
En su carta de ayer,
Javiera Parada, Genaro Cuadros y Álvaro Ramis instan a que "siga abierto el momento constituyente". Su retórica y sus énfasis, tanto en los procedimientos como en un ambiguo y generoso lenguaje de los derechos, recuerdan el discurso constitucional que caracterizó los inicios del gobierno actual. Por momentos dicho discurso fue matizado (gracias, entre otros, a Jorge Burgos), pero de todos modos impactó decisivamente en la estrategia y el itinerario adoptados. Y los resultados de ese itinerario están a la vista: a pocos meses de terminar su período, un gobierno que prometió una "nueva Constitución nacida en democracia" aún no logra siquiera presentar su proyecto de nueva Carta Fundamental.
Hay buenas razones para plantear un cambio constitucional, pero, a la luz de los hechos, probablemente conviene seguir otro camino: subrayar los contenidos y las propuestas específicas, único modo de propiciar los amplios acuerdos que demanda todo proceso de esta índole en contextos democráticos. Esta perspectiva bien puede llevarnos a perder una cuota de lirismo, pero también a ganar en eficacia y diálogo político. Es lo que requiere este debate.
Claudio Alvarado R.
Instituto de Estudios de la Sociedad