Señor Director:
Los
profesores Javier Couso y Claudio Fuentes responden mi crítica a la mala comprensión del pluralismo universitario recogida en la carta colectiva que suscribieron, mediante otra confusión. Alegan ahora que una "verdadera" universidad no puede tener una posición institucional anclada en valores y principios, porque no es un colegio ni un convento. Y luego mezclan esto con las restricciones impuestas a un teólogo en una facultad de teología católica (por definición dogmática).
Esto no alcanza para ser calificado como respuesta: simplemente reafirman su convicción neutralizante y homogeneizante de las instituciones de la sociedad civil incluyendo estas características en la definición misma de universidad, sin explicar por qué.
En el caso del señor Couso, sin embargo, el por qué puede encontrarse en el libro "El otro modelo", del cual es coautor. Ahí se propone un "régimen de lo público" consistente básicamente en el sometimiento de los cuerpos intermedios a las exigencias institucionales propias de los organismos del Estado, entendiendo el pluralismo -y lo público- como neutralidad y universalidad. De ese argumento, que inspiró el mal evaluado programa de la Nueva Mayoría, nos hacemos cargo, junto a Daniel Mansuy, Josefina Araos y otros autores, en el libro "El derrumbe del otro modelo", recientemente publicado.
Pablo Ortúzar Madrid
Director de investigación IES