Señor Director:
Lamentamos profundamente la carta de
un grupo de ex alumnos que, en un claro intento por desacreditar al rector y cuestionar la autonomía de la Universidad, y así su contribución al pluralismo universitario, pretenden restringir el legítimo derecho que tiene la Universidad Católica de participar en el debate público y el deber del rector de representarla.
La Universidad Católica es una institución que integra la excelencia académica con una formación inspirada en la doctrina cristiana. En lo primero, como lo demuestran diversos rankings y la preferencia que año a año realizan miles de estudiantes, la Universidad Católica se ha posicionado como la mejor universidad de Chile y una de las más importantes de Latinoamérica. En lo segundo, sin renunciar a esa excelencia, la Universidad reconoce en su misión, como característica propia, el aporte orientador y normativo de la fe católica en todas sus actividades, respetando la autonomía de las diferentes áreas del saber.
Por lo mismo, resulta de toda lógica entender que la Universidad, en la manifestación de su rol público, manifieste con fuerza y claridad su posición frente a un proyecto que atenta contra un principio esencial de la doctrina cristiana, como es la defensa de la vida y, en este caso, la del inocente que está por nacer. Los autores de la carta citan el número 3 de la declaración de principios de la UC, en cuanto al respeto de la conciencia de aquellos que no participan de la fe de la Iglesia, cuestión que resulta evidente, pero omiten referirse a que el mismo numeral exige de ellos una necesaria actitud de respeto y apertura hacia los principios que informan a la Universidad y hacia la misión que ella ha recibido de la Iglesia.
El rector Sánchez ha ejercido un liderazgo valiente y constructivo en la defensa de la vida, contribuyendo a fortalecer la esencia de lo que debiera ser la Universidad Católica. Al contrario de lo que se afirma en la carta, son estos ex alumnos quienes atentan contra la esencia de la Universidad, niegan su autonomía y cuestionan su reputación institucional. Y, curiosamente, incurren en una contradicción vital, pues la mano con la que sostienen escribir su defensa de la diversidad, en realidad acaricia una vocación de pensamiento único o hegemónico, al rechazar implícitamente valores esenciales de nuestra república, como la libertad de asociación y la libertad de enseñanza.
Alejandro Arrau;Jaime Bellolio;Felipe Bettancourt;Álvaro Cruzat;M. Francisca Correa;Thomas Leisewitz;Julio Pertuzé;Ricardo SandeFernando Zavala
Ex presidentes de la FEUC