Nicolás García de Val

Corea del Norte ha cultivado una imagen desafiante ante Occidente, con una diplomacia agresiva llena de insultos a los países e instituciones que considera "enemigos". Pero el último mensaje que envió el Presidente Kim Jong-un a su par estadounidense, Donald Trump, marcó una escalada verbal sin precedentes, por el carácter personal de los ataques.

"Voy a domar con fuego al desequilibrado y demente viejo estadounidense. Él ha insultado a mi país ante los ojos del mundo", dijo Kim en un comunicado, difundido por TV y en la portada de los diarios oficiales del país, en el que amenazaba con una respuesta "al más alto nivel" que "estará más allá de sus expectativas".

Más que por su agresividad, el mensaje llamó la atención por el uso de la primera persona, algo extremadamente raro en un país en el que el Presidente es visto casi como un dios. Ni Kim ni sus predecesores habían hecho hasta ahora al parecido, según el Ministerio de Unificación en Seúl.

Siguiendo con la línea personal de los ataques, Trump le respondió ayer a través de Twitter, su red social favorita, llamándolo un "demente que asesina y mata de hambre a su gente" y prometiendo que lo "pondrá a prueba como nunca antes".

Entre otras cosas, la palabras utilizadas por el líder norcoreano muestran que se sintió ofendido personalmente por los dichos de Trump ante la Asamblea General de la ONU, en los que ordenó intensificar las sanciones económicas contra el país y amenazó con "destruir totalmente a Norcorea".

"Trump es el primer Presidente estadounidense en insultar a Corea del Norte y a su líder directamente. De cierta forma, esto obliga a Kim a responder de la misma manera, debido al culto a su persona que existe en el país", dijo a "El Mercurio" Charles Armstrong, historiador de la Universidad de Columbia.

Los expertos consideran que los continuos ataques y amenazas de Trump -quien a principios de agosto dijo que responderá con "fuego y furia" a cualquier provocación de Pyongyang- son algo que no se veía desde los años 70, y lo único que logran es llevarlo al terreno de su par norcoreano.

Así lo dejó claro Kim, quien en su mensaje de ayer incluso tomó un cierto aire de estadista para dar un consejo a Trump. "Le sugiero que sea prudente a la hora de elegir sus palabras", dijo el Presidente norcoreano, quien rutinariamente califica de "monos" y "prostitutas" a otros líderes mundiales.

En ese contexto, las amenazas del Presidente estadounidense favorecen la narrativa de Kim, quien valida su liderazgo destacando el poder de sus enemigos, y le hacen sentir que su programa nuclear está justificado como un método de defensa. Como dijo el propio líder norcoreano ayer: "Sus dichos (de Trump) me han convencido, en vez de atemorizarme, de que el camino que he escogido es el correcto".

Nuevos ejercicios

Los choques con Trump y el último mensaje de Kim también sugieren que Pyongyang podría estar preparando ensayos misilísticos más poderosos.

El norcoreano no hizo referencias directas al uso de armas nucleares, pero su canciller, Ri Yong Ho, dijo que su país podría probar una bomba de hidrógeno sobre el Océano Pacífico. Los expertos creen que será un ensayo atmosférico, no bajo el agua.

Aunque Corea del Norte dice poseer esta arma -la más letal que existe- y asegura que la probó en el test nuclear del 3 de septiembre, las agencias de seguridad internacionales no lo tienen tan claro.

"De lo que sí hay pruebas es de que Norcorea puede construir una bomba nuclear de entre 100 y 250 kilotones. Lo que, de cierta forma, hace irrelevante que tenga o no la de hidrógeno. Con una bomba de más de 100 kilotones pueden destruir prácticamente cualquier ciudad o base militar que deseen", aseguró a este diario Michael Mazarr, cientista político y experto en asuntos militares de la Corporación RAND.

Para los analistas, el ensayo nuclear atmosférico -algo que el mundo no ha visto desde el que realizó China en 1980- es un próximo paso "probable" en su programa armamentístico.

De concretar sus amenazas -advierten-, Kim desestabilizaría enormemente la región, llevando a sus vecinos a tomar posturas más agresivas, y obligaría a Estados Unidos a responder con acciones militares.

"Estamos más cerca de un enfrentamiento directo entre EE.UU. y Norcorea que nunca antes. Por eso, los mensajes que se envíen en los próximos días serán cruciales. Trump tiene que entender que ya no es solo una celebridad y que como Presidente sus palabras importan tanto como sus políticas", dijo Jenny Town, subdirectora del sitio web especializado en Corea del Norte 38 North, asociado a la Universidad Johns Hopkins, y que ha obtenido las primeras informaciones de los ensayos nucleares y de misiles norcoreanos.

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Hasta ahora, todos los ensayos nucleares norcoreanos han sido bajo tierra, pero se cree que el próximo podría ser atmosférico.

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Japón se prepara

Aunque Corea del Norte amenazó con un posible ensayo de una bomba de hidrógeno, el lugar en el que se podría llevar a cabo el ensayo es un misterio.

Dado que los últimos lanzamientos de misiles han pasado por sobre Japón, se cree que un nuevo test podría seguir una trayectoria similar.

"No podemos negar la posibilidad de que el misil vuele por sobre nuestro país", dijo ayer el ministro de Defensa nipón, Itsunori Onodera, al advertir que un ensayo nuclear atmosférico podría tener serias consecuencias para la población de su país.