Este documental repasa la historia del Cinema Novo, el más importante movimiento fílmico que haya tenido América Latina y que agitó al cine brasileño entre fines de los años 50 y mediados de los 70. Fue un movimiento provocativo, impetuoso, rupturista, ambicioso, sectario: en cierto modo, creó el modelo para los "nuevos cines" latinoamericanos, ninguno de los cuales alcanzó la misma envergadura. Se alimentaban del lado callejero del neorrealismo italiano y del ánimo vanguardista de la "nueva ola" francesa, como casi todos los cines de los años 60.
Fue un movimiento con filiaciones en la izquierda, aunque ninguno de sus miembros sufrió demasiado con el golpe de Estado que depuso a Joao Goulart en 1964 e instauró la dictadura militar más larga de Sudamérica. No hubo persecuciones significativas en contra del Cinema Novo por lo menos hasta comienzos de los 70, cuando la totalidad de la sociedad brasileña fue azotada por la violencia; la mayoría de ellos siguió filmando.
El año anterior al golpe, en 1963, el Cinema Novo estalló en el mundo con dos películas casi antagónicas: la barroca Dios y el Diablo en la Tierra del Sol, de Glauber Rocha, y la neorrealista, ascética Vidas secas, de Nelson Pereira dos Santos. Rocha proclamaba en esos años una "estética del hambre", que identificaba también como una "estética de la violencia" (por estos excesos habló Raúl Ruiz del "materialismo histérico"). Claro que entonces las figuras del Cinema Novo ya se codeaban con Bertolucci, Truffaut, Lelouch, Skolimovski y hasta Rossellini o Welles si los apuraban.
Los treintañeros del Cinema Novo seguían el patrón de todos los revolucionarios de la región: universitarios, educados, de clases altas, con familias permisivas y una sensación de tenerlo todo por delante, sin mochila, sin historia... o mejor, eligiendo la historia según acomodase. Los cinemanovistas declararon como su antecesor a Mario Peixoto, tal como el "nuevo cine chileno" eligió a Pedro Sienna. Solo que Peixoto filmó su película clave ¡en 1930! (y Sienna, ¡en 1925!).
Esta izquierda fílmica rupturista, que se esforzaba por recoger los "verdaderos problemas" del Brasil de los años 60 -sobre todo la pobreza, esa pobreza extensa, espantosa, desoladora-, tenía un problema mayor que sus ambiciones, que el gran Carlos Caçá Diegues resume en este documental con su lucidez conocida: "Somos un cine popular en cuanto a apetito y, en realidad, la gente no va ver nuestras películas". Y luego: "Estamos luchando contra la mayoría del pueblo brasileño, la verdad es esa".
Este documental, dirigido por un hijo de Glauber Rocha, recoge muchos de los dilemas del Cinema Novo, con un notable despliegue de recursos: fragmentos de 59 películas, entrevistas con 19 cineastas, un ingenioso montaje de asociaciones, un relato muy bien estructurado. Hay dos maneras de verlo: como un gran insumo para especialistas o como un más grande estímulo para acercarse a este cine fascinante y despeinado.
Cinema Novo fichaDirección: Eryk Rocha.
Con: Glauber Rocha,
Nelson Pereira
dos Santos, Carlos
Diegues, Joaquim
Pedro de Andrade,
León Hirszman,
Ruy Guerra,
Arnaldo Jabor.
90 minutos.