Si la fórmula funciona en televisión, ¿por qué no repetirla? Esa parece haber sido la reflexión del equipo de "Abrazar la vida", el programa de Pedro Engel que debutó ayer en Canal 13, ficcionando dramas cotidianos, una tecla que la pantalla explora desde tiempos insospechados y que tiene ejemplos exitosos, como "Pasiones" (TVN) o, más recientemente, "Lo que callamos las mujeres", en CHV.
Lo que diferencia estos capítulos unitarios de otros es su final esperanzador y eso, por cierto, justifica que el presentador sea Engel, un debutante en estas lides que a todo drama le otorga una lectura amorosa, espiritual y aleccionadora. Todo, mientras presenta el caso sentado en medio de una escenografía donde se imponen un altar con un gran Buda, fotos de sus ancestros y donde cada día desfilará un invitado. En el capítulo del debut fue Tonka Tomicic.
La historia escogida para dar la partida fue la de Cristóbal, un hombre casado que durante 11 años tuvo una amante, con quien pudo concretar el sueño de ser padre. Tras su trágica muerte, su ex mujer -también médico cirujano- se enfrenta a la encrucijada de tener que operar y salvar la vida de ese pequeño niño y así ayudar a su ex rival. Es entonces cuando Engel despliega su faceta de consejero para rematar el caso con frases del tipo "no sabemos cuáles son los planes superiores"; "acá se impuso la benevolencia al odio" o "en la vida hay que saber abrir el corazón".
Recreación y consejos del tarotista cuajan perfecto, el problema es que eso dura poco más de 30 minutos. El resto del programa, que se extiende por más de una hora, parece ser otro espacio, en el que Engel se muestra como el tarotista que tan buenos dividendos da en el matinal "Bienvenidos". Por lo mismo, resulta latero y repetido que durante la tarde se sigan leyendo WhatsApp y mensajes de texto y de voz de supuestas personas aproblemadas a quienes aconseja con el mismo tono amoroso de las mañanas, pero esta vez con mucho menos entusiasmo y ritmo, ya que solo está acompañado del invitado de turno.
Por supuesto que Engel tiene su séquito de seguidores y es a ellos a los que espera cautivar este programa. El resto, sobre todo los menos crédulos y místicos, seguramente hasta se mofarán después de ver al tarotista acariciando sus piedras o espantando con una pluma en la mano a los malos espíritus.
En su primer programa, el espacio promedió 5 puntos de rating alcanzando un peak de 7. Entre las 17:15 y las 18:15 horas, Mega lideró la franja con 12,5 puntos, le siguieron CHV con 7,7 y TVN con 5,1.