Después de desenmarañar el enredo por los derechos, Spider-Man regresa a su casa: Marvel, la editorial de cómics hoy convertida en uno de los estudios más exitosos del cine con su poblado (y rentable) universo. Esta es la primera película en solitario del arácnido, después de su breve aparición en "Capitán América: Civil War". Obviando la historia con su "origen" para saltar a la aventura, "De regreso a casa" muestra a un Peter Parker (Tom Holland) aún en el colegio, fascinado por haber peleado junto a los Avengers y con ganas de hacer mucho más. Al mismo tiempo vemos el origen del Buitre (Michael Keaton, de nuevo un hombre pájaro después de "Birdman"), villano que roba tecnología extraterrestre entre los escombros después de una "súper pelea", y que se transforma en una amenaza demasiado pequeña para los héroes consagrados, pero justo lo que Peter necesita.
La película es enérgica, usa muy hábilmente elementos plantados a lo largo de las historias Marvel, y sabe que la clave está en hacer de Peter Parker un cabro normal tratando de hacer lo correcto en un mundo que le queda grande. Y aunque no era necesaria tanta participación de los consagrados, la historia es entrañable y divertida, con la correcta (sobre)dosis de humor, música y espectáculo, e introduce aún más personajes para seguir llenando estrenos de aquí al año 3000.
"Spider-Man: Homecoming". EE.UU., 2017. 133 min., T.E.