La brecha generacional entre padres e hijos se ve aumentada por los continuos conflictos por el uso y abuso de las nuevas tecnologías. Las nuevas generaciones tienen un mucho mayor conocimiento y dominio de la tecnología que sus padres y que casi todos los adultos a cargo de su educación. Ciertamente, aunque los padres se esfuercen, la tecnología progresa con tal rapidez que no parece posible mantenerse al día, pero tener al menos un dominio básico que favorezca la comunicación.
Hay suficiente evidencia de que las tecnologías cambian la forma de pensar, de aprender, de comunicarse, de establecer vínculos y de interaccionar con el entorno. Las redes sociales y los espacios de comunicación virtual son una parte significativa de su realidad. Muchas veces se privilegia más la comunicación virtual que la interacción con la persona que se tiene al frente. Ello nos obliga a repensar cómo enseñamos y a redefinir las estrategias educativas y a conocer lo que atrae el interés y el tiempo de las generaciones actuales.
Para muestra un botón: Los niños y adolescentes de hoy disfrutan de juegos en línea, con multijugadores, conocidos por su sigla en inglés (MMOG) Massive, Multiplayer, Online, Games. Allí crean mundos en que miles de jugadores participan y que, aunque el jugador no esté conectado, sigue existiendo. Se crea un patrón en el cual se pueden desarrollar competencias sociales, como la empatía , la sociabilidad y dan curso a un proceso de construcción de identidades.
En su libro "Padres e hijos en la cultura digital del videojuego", su autora, María Nuñez, hace significativos aportes a la forma en que al a las diferentes generaciones. Y enumera las siguientes características de una juventud digital:
"Quieren recibir información en forma ágil e inmediata. Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos. Funcionan mejor y rinden más cuando trabajan en red. Buscan la satisfacción y las recompensas inmediatas. Prefieren instruirse en forma lúdica que embarcarse en el rigor del trabajo tradicional. Que los adultos se alfabeticen tecnológicamente nos puede ayudar a entender y acompañarlos en el mundo digital, lo que significa estar atentos a lo que visitan, a lo que juegan y aprenden en la red".