Señor Director:

La reciente visita del Presidente Donald Trump a Israel ha tenido muchos simbolismos que me parece importante destacar. El primero, y más relevante, es que en su primera visita oficial como Presidente de Estados Unidos haya decidido reunirse con el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, haciendo expresos llamados a retomar un proceso de paz bastante olvidado en los últimos años, y solicitando, de ambos líderes, que hagan los esfuerzos necesarios para avanzar hacia una paz definitiva, que es finalmente lo que todos anhelamos.

El segundo simbolismo, plasmado en la primera visita de un Presidente de los Estados Unidos al Muro de Los Lamentos (Kotel), dice relación con el reconocimiento efectuado por el Presidente Trump al lazo ancestral y milenario que tiene el pueblo judío con Jerusalén, -recordemos que ya en el año 1000 AEC fue declarada capital por el rey David- lo cual cobra especial relevancia dado que en los últimos meses la Unesco ha insistido en negar un vínculo tan evidente, que consta en todos los libros y anaqueles de la historia.

Un tercer simbolismo es que, precisamente durante esta visita y con ocasión del trágico hecho ocurrido en Inglaterra, el Presidente de la Autoridad Palestina haya condenado públicamente el terrible atentado terrorista de Manchester, lo que motivó que Donald Trump no solo reconociera dicho gesto, sino también que reiterara que "la paz nunca puede arraigar en un lugar donde la violencia es tolerada, financiada o recompensada".

Todos esos simbolismos nos permiten mirar con algo de esperanza un proceso de paz por todos anhelado.

Benjamín Pupkin R.
Vicepresidente Comunidad Judía de Chile