Esta película de terror, cruzada por momentos de comedia, donde algunos son irónicos y otros estridentes, es una prueba de lo que aún existe en el cine de Estados Unidos.
Es algo que habita en el cine barato y sin estrellas y a veces, como en este caso, se trata de un director debutante: Jordan Peele.
Es un cine realizado con inteligencia, irreverencia y audacia.
El punto de partida es la mirada afroamericana sobre esa sociedad blanca que respira racismo, por lo bajo o por lo alto, y en ese tablero, unos y otros desconfían de los juicios y hasta de los prejuicios.
El resultado es una película de horror, pero también de humor, con el remate de una comedia negra, naturalmente.
"Huye" también cumple con el otro gran requisito que está en la naturaleza del cine norteamericano, y por eso la celebración de la industria, porque todavía se puede y alguien lo hizo de nuevo: gasta 5 millones y recauda 200 o más.
La secuencia inicial, el prólogo de la película, es revelador.
Un hombre, por la noche, camina por un barrio desconocido, busca una dirección que no encuentra y todo parece amenazante: veredas, cercos, casas y un auto en la cercanía.
Ese hombre es negro y anda perdido.
El protagonista, Chris (Daniel Kaluuya), en cambio, es un fotógrafo de 26 años que sabe dónde está instalado y parado, al menos así comienza la historia. Y por eso acepta la invitación que le extiende su novia, Rose (Allison Williams), a viajar al campo y visitar a su familia, donde su madre, Missy Armitage (Catherine Keener), es siquiatra, y su padre, Dean (Bradley Whitford), un coleccionista, que ya le dirá a Chris que apoyó a Obama y hasta le habría dado el voto por tercera vez.
No hay sorpresa por el color del novio y tampoco necesidad de recurrir a la clásica pregunta de si saben quién viene a cenar, porque son personas blancas, cultas y liberales. Son un matrimonio moderno, amable y tolerante, que no sabe de caricaturas ni de racismo, aunque el jardinero y la criada Georgina (Betty Gabriel), tan sonrientes, estáticos y parcos, sean afroamericanos.
Los Armitage y sus amistades reciben a Chris con franco entusiasmo, y el lugar común es comentarle las proezas de otros afroamericanos, al menos de dos muy famosos: un atleta como Jesse Owens o un deportista como Tiger Woods. Y alguien dirá que el color negro está siempre de moda.
Solo hay una cosa que a los Armitage les molesta y se lo dicen francamente: el cigarrillo, y Chris fuma.
Missy, la siquiatra, le ofrece una cura y previamente, eso sí, debe hipnotizarlo.
No parece una buena idea, pero en determinado momento ya nadie hace caso y lo que viene es una película desatada y delirante, donde aflora el cine B con esplendor, y donde la actuación de Georgina, la criada, es inolvidable.
Es un rostro espantoso e inquietante, no por la fealdad ni por los efectos especiales, sino por la sonrisa y las lágrimas.
"Get out". EE.UU., 2017. Director: Jordan Peele. Con: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener.
104 minutos. Mayores de 14.