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Editorial
Sábado 29 de abril de 2017
Temas Económicos
"Con todo, las medidas apuntan a aumentar la competitividad global de las empresas de los Estados Unidos. Una importante apuesta en la búsqueda de impulsar el crecimiento económico de la primera economía del planeta...".
Reforma tributaria en EE.UU.
Más allá de los eventuales efectos sobre el déficit fiscal -en caso de aprobarse-, los importantes recortes tributarios propuestos por Trump y el énfasis de sus medidas -estímulo de la inversión y el crecimiento- alertan a economías pequeñas y abiertas respecto de un posible nuevo escenario global en la atracción de capitales. Chile es un buen ejemplo. ¿Cómo atraer a las inversiones si nuestras tasas de impuestos pueden ser en el mediano plazo mucho mayores a las de países como Estados Unidos?
A poco de cumplir los 100 primeros días en la Casa Blanca, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó los lineamientos fundamentales de su esperada reforma tributaria. El anuncio fue realizado el pasado miércoles por el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y por Gary Cohn, jefe de asesores del equipo económico del Presidente. En lo esencial, la batería de modificaciones al sistema tributario implica una importante reducción en los impuestos tanto a las empresas como a las personas.
En lo relativo a los impuestos corporativos, la administración de Trump plantea reducir en forma significativa la tasa actual desde un 35% a un 15%, agregando además acciones que apunten a facilitar el proceso de cálculo y pago de los tributos, y la eliminación de loopholes -espacios para la elusión- en el sistema. Si bien la disminución es menos impresionante cuando se consideran las importantes y complejas deducciones que actualmente pueden hacer las empresas estadounidenses, la reducción al 15% viene a confirmar las expectativas que han sostenido el optimismo de los mercados durante los últimos meses.
En cuanto a las empresas estadounidenses que operan en el mundo, se propone una rebaja de la tasa de repatriación de los beneficios obtenidos en el extranjero desde el 35% al 10%, generando además incentivos para que las operaciones se trasladen al país.
Con todo, las medidas apuntan a aumentar la competitividad global de las empresas de los Estados Unidos. Una importante apuesta en la búsqueda de impulsar el crecimiento económico de la primera economía del planeta.
En lo relativo a los impuestos de las personas, la propuesta de Trump también ofrece novedades. Primero, se plantea reducir los tramos de impuestos de siete a tres -10%, 25% y 35%-, lo que implica una baja de cinco puntos porcentuales en la tasa de impuesto más alta. Adicionalmente, se extienden las deducciones permitidas para las personas y familias, se plantea la eliminación del impuesto a las herencias y se suprime el impuesto adicional de un 3,8% sobre las ganancias de capital de personas con ingresos superiores a los US$ 200.000 al año. Finalmente, la administración busca simplificar el proceso de preparación de los impuestos. Así, la apuesta es complementar un mejor escenario para las empresas, con mayores ingresos disponibles para los hogares.
Impacto en déficit fiscal y proceso de aprobación
La propuesta, sin embargo, debe ser aprobada por el Congreso. Los especialistas señalan que la tasa de impuestos a empresas de 15% podría ser solo una apuesta inicial, ya que luego de la negociación política, quedaría en un mayor nivel. Esto además sería congruente con las voces de alerta que se levantan tanto desde el Partido Demócrata como desde el Republicano en cuanto a que una reforma tributaria de tal magnitud podría debilitar la posición fiscal de los Estados Unidos.
De hecho, se estima que la disminución de los impuestos podría tener un fuerte impacto en las cuentas públicas, mermando los ingresos del gobierno en al menos US$ 3.000.000 de millones de dólares durante la próxima década. Por supuesto, la apuesta de la administración es que la reducción de tributos genere suficientes incentivos para impulsar el crecimiento, lo que compensaría la menor recaudación (el secretario del Tesoro insistió en que bajo las medidas se alcanzaría "una tasa de crecimiento anual de 3% o más"). Sin embargo, ante la ausencia de mayores detalles, no es posible asegurar que esto será posible.
Implicancias para Chile
La expectativa del plan tuvo efectos inmediatos en el dólar. En el mercado local, la divisa subió por sexto día seguido y cerró en su nivel más alto desde el 28 de marzo ($665 comprador y $665,3 vendedor). Y si bien algunos indicadores estadounidenses se vieron afectados esta semana por los magros resultados reportados por grandes empresas (Dow Jones, por ejemplo), el anuncio viene a validar las expectativas y el optimismo que por meses han caracterizado a los mercados bursátiles.
Las medidas anunciadas por Trump buscan aumentar la competitividad del país y atraer mayor inversión, con el fin de potenciar el crecimiento económico. Su propuesta viene a sumarse a los esfuerzos mundiales por reducir los impuestos a las empresas. De hecho, la mayor parte de los países de la OCDE han disminuido sus impuestos a las empresas en los últimos años.
En este sentido, de concretarse, la rebaja de impuestos corporativos en Estados Unidos puede agravar la "mala racha" de la inversión en Chile. Recordemos que el país lleva tres años consecutivos de caídas en la inversión (en 2016 y 2015 descendió 0,8%, mientras que en 2014 cayó 4,8%) y, por lo tanto, no será fácil emerger como una opción atractiva para la inversión no solo por las alternativas, sino también por la defectuosa reforma tributaria y la conflictiva reforma laboral impulsadas por la Nueva Mayoría.