La compleja situación económica y financiera que dejaron los gobiernos de los Kirchner en Argentina presenta un capítulo trágico en Santa Cruz, la provincia bastión de la familia, y que hoy se debate en una crisis fiscal que tiene a los empleados públicos sin recibir sus sueldos, y a los docentes en paro y pie de guerra contra la gobernadora, Alicia Kirchner, hermana del fallecido ex presidente. Las protestas que irrumpieron en la región patagónica hace unos días dan cuenta de la pérdida política que ha sufrido el kirchnerismo, que se manifiesta también en el rechazo a la ex presidenta Cristina Fernández, quien, acostumbrada a recibir halagos, hoy es motivo de repudio en la zona que la lanzó a la arena pública.

Cristina acusa a Mauricio Macri de negarle los fondos públicos a su cuñada, pero el gobierno asegura que ha entregado todo lo que corresponde, y que el problema es el exceso de gasto provincial, la enorme plantilla de funcionarios que no cumplen funciones reales, señalando al clientelismo como la principal causa del desastre económico de Santa Cruz.

Rica en hidrocarburos, la zona tuvo momentos de auge, al punto de que, cuando el "corralito" golpeó a los argentinos, Néstor Kirchner, entonces gobernador, se preciaba de haber invertido los fondos en el extranjero, para resguardo del presupuesto provincial. Años de mal manejo y despilfarro con la gobernación en manos de kirchneristas, los santacruceños hoy se quejan de que están abandonados a su suerte. La gobernadora asegura que han recibido 85 por ciento menos asistencia del gobierno federal que en el pasado, y que se ha disminuido la obra pública, fuente de trabajo local, en más del 10 por ciento.

En el complicado panorama económico argentino, Macri busca reducir el tamaño de la planta fiscal, pero Alicia Kirchner se niega a hacer ese sacrificio en su provincia y acusa motivaciones políticas, apoyada por su cuñada, quien denuncia persecución en su contra y acoso judicial. En este sentido, la justicia actuó correctamente al autorizar a la ex presidenta a viajar a Europa con su familia, reconociéndole su disposición para acudir a los tribunales cuando se la ha requerido.

Sin embargo, el problema de fondo de Santa Cruz es en realidad uno del sistema federal argentino, que permite a las provincias ser autónomas -con la consecuente demagogia de los gobernadores que hacen promesas sin respaldo-, pero el presupuesto es aprobado a nivel federal, y los recursos vienen de Buenos Aires. Esta crisis en la Patagonia puede replicarse en otras provincias, como ya ha sucedido en ocasiones en las que gobernadores se declaran en quiebra y el gobierno federal debe ir al rescate. Y algo de eso puede ocurrir también en Chile con la nueva ley que busca elegir a gobernadores regionales que no tienen responsabilidad presupuestaria.